Bella Ciao: de los partisanos a Netflix


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Así, como con “Bella Cio” y “Guantanamera”, Netflix coopta los sentidos de las producciones simbólicas de sus históricos contendientes.

Es común que nos acusen de politizarlo todo. Como si no fuese la “política” de la derecha desideologizarlo todo, presentar interesadamente sus productos culturales como neutrales y vaciar de contenido o robarse -para resignificarlas-, las producciones simbólicas de sus históricos contendientes, los de abajo, los del sur, los más oscuros.

El fenómeno con Bella Ciao es otro ejemplo de ello. En las fiestas veraniegas de Hispanoamérica, los DJs reproducen sus versiones y los jóvenes lo bailan con ánimo festivo. Con un significado diferente al que nació; ya no como una canción de izquierda, antifascista o de los partisanos, sino como la de "El Profesor" de “La Casa de papel”.      

Todo por su aparición en dos o tres ocasiones, sobre todo en la escena final de la primera temporada, en la serie española “La Casa de papel”, distribuida por la poderosa plataforma de Netflix. Una serie donde una banda de ladrones, bajo el liderazgo de "El Profesor", planea el "robo del siglo" al Museo de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España con el objetivo de obtener 2.400 millones de euros.

En la última escena de la primera temporada, “El Profesor” le dice a un integrante de la banda “Nada va a salir mal, ¿somos la Resistencia no?” y comienza a cantar apasionadamente “Bella Ciao”, canción que le había enseñado su abuelo un antiguo partisano.

Dentro de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, los atracadores cantan el "Bella Ciao" al excavar el túnel que les llevará a la libertad. Y el "Bella Ciao" también acompaña a Berlín en el enfrentamiento final con la policía.

                   

Con igual propósito, al final del capítulo 3 de la tercera temporada el personaje de Berlín se acerca a un tocadiscos de aguja y pone a reproducir la versión de Compay Segundo de la cubanísima “Guantanamera”. Frente a El Profesor, el ladrón empieza a entonarla, y de pronto rapta un verso: “Bajo el sol, hermanito. Yo quiero morir en una playa. Quiero que cuando el juez venga a levantar mi cadáver diga: ¡qué cabrón!”. Para cambiarle aquellos significados que motivaron a José Martí a escribirlos, “aquel invierno de angustia, en que, por ignorancia, o por fe fanática, o por miedo, o por cortesía, se reunieron en Washington, bajo el águila temible, los pueblos hispanoamericanos”. 

                   

Con tales operatorias diluyen certezas y conexiones las industrias culturales hegemónicas. Desvirtúan conceptos y confunden a las masas, extraviando las contradicciones centrales y las soluciones definitivamente revolucionarias. 

Unas de las ladronas, Tokio, se encargó en la serie de aludir la resemantización simbólica de “Bella Cio” y de la “Resistencia”: "La vida de El Profesor giraba en torno a una única idea: 'resistencia'. Su abuelo, que había resistido junto a los partisanos para vencer a los fascistas en Italia, le había enseñado esa canción. Y luego, él nos la enseñó a nosotros".

Por su parte, uno de los directores de la serie, el cubano- uruguayo Alejandro Bazzano, al explicar al diario uruguayo El Observador las claves que llevaron a La casa de papel a lo más alto en popularidad, apunta a la edulcoración de la “rebeldía”, un golpe al sistema que no cambie nada. "En el cine se han visto temáticas similares, pero en series creo que es un punto de inflexión. También, de alguna manera lo que busca el profesor y sus muchachos no es solamente una fortuna importante, sino que haya un golpe al sistema, un acto de rebeldía y resistencia. Y es algo que todos tenemos, porque tal vez vivimos en un sistema que no nos convence demasiado, pero no nos queda otra que seguir luchándola. Por eso el público se identificó con estos ladrones no tan malos".

“Bella Ciao” (Hola bella, en español) es una canción popular entonada por la Resistencia italiana (también denominada Resistencia partisana), entre 1943 y 1945, cuando luchaban contra las tropas fascistas y nazis. 

Se creía que la anónima canción se relacionaba con la melodía de un canto del siglo XIX de las trabajadoras de los arrozales padanos, Sin embargo, como lo demuestra Cesare Bermani, la versión “Bella Ciao” de las trabajadoras de los arrozales había sido compuesta en 1951 por Vasco Scansani di Gualtieri, mientras que la versión de la Resistencia tomaba en la parte textual la estructura del canto Fior di tomba y Picchia picchia la porticella.

Aunque no ha convencido a todos, se maneja entre sus orígenes el tema yiddish “Oi oi di koilen” del acordeonista ucraniano Mishka Ziganoff, que la registró por primera vez en Nueva York, allá por 1919. Se dice que al escuchar con atención la melodía del tema se encuentran muchas coincidencias estructurales con la popular canción italiana. “La canción habría hecho varios viajes de ida y vuelta. Un primer viaje de Europa a América, y luego, una vez grabada, un emigrante la llevaría en su segundo viaje de Estados Unidos a Italia en los años siguientes. En el proceso de difusión habría sufrido algunas modificaciones”se afirma.

Con las brigadas internacionalistas llegó a la España “bajo las bombas”. Fue una de las marchas entonadas entre 1936 y 1939 por el bando antifranquista de la Guerra Civil española. Con los exiliados republicanos llegó a Cuba y con ellos aprendieron a cantarlas los integrantes de las Milicias Nacionales Revolucionarias, constituida el 26 de octubre de 1959.        

Su popularidad comenzó a crecer a mitad del siglo XX, con los numerosos Festivales mundiales de las juventudes comunistas que tuvieron lugar en varias ciudades como Berlín, Praga y Viena, donde la canción era cantada por los delegados italianos y posteriormente traducida a los idiomas de los delegados de otros países. En los sesenta, se retoma con fuerza en las manifestaciones obreras y estudiantiles de 1968.

A comienzos de los años 70, el conjunto chileno Quilapayún grabó también una versión del tema, que alcanzó gran popularidad entre sus seguidores y se sumó a las otras canciones de contenido revolucionario que marcaron el ambiente cultural del gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular, derrocado en 1973 por golpe militar del general Augusto Pinochet.

La canción ha sido versionada por artistas de la talla de Mercedes Sosa, Yves Montand, Goran Bregovic y Manu Chao. Más recientemente, en Argentina, se enarboló la bandera de “Bella Ciao” con “Macri Ciao”, una versión remixada de la canción emblema de la serie española, viralizada como protesta contra el presidente Mauricio Macri.

Hace poco Najwa Nimri, la cantautora y actriz que da vida a la maligna inspectora Alicia Sierra en la tercera temporada, lanzó su propia versión de “Bella Ciao”. Re-envasando en un nuevo halo, gracias a su peculiar voz, “el ya icónico Bella Ciao de la serie de El Profesor y su banda”.

Ya lo dijo Antonio Gramsci, víctima del fascismo italiano, las clases dominantes se adueñan de las ideas de los intelectuales de las clases subalternas y las convierten en hegemónicas, es decir, las hacen propias y distribuyen como sentido común entre las clases subalternas. De esta manera ejercen la dominación las élites capitalistas.

Con su estrategia de seducción llega Netflix a un masivo segmento de público, inconforme o resignado con el sistema, pero enganchado hasta el próximo capítulo en su cómoda y personalizada “Ideósfera”. Así, como con “Bella Cio” y “Guantanamera”, coopta los sentidos de estos nichos de identidad, que orientan y conectan a los sujetos con posturas y comportamientos genuinamente transformadores.

                     


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