El viernes 30 de enero de 1948, en un mitin efectuado en la esquina de las calles Honorato del Castillo e Independencia, con la tribuna ubicada en la acera del entonces café Ritz, el Partido Socialista Popular Municipal de Ciego de Ávila proclamaba a Juan Marinello Vidaurreta su candidato a la Presidencia de la República de Cuba. Como sólo hacían ocho días del asesinato de Jesús Menéndez, soldados y policías rodearon el lugar del acto. En el resumen desarrollado, el Doctor Marinello, Representante a la Cámara por el Partido Socialista de la provincia de Camagüey, “ahuyentó” a la fuerza pública, incluyendo a sus jefes, cuando inició su discurso magistral de aquella noche, expresando en tono sarcástico y cito: “Es un buen augurio para mi candidatura presidencial; siempre el ejército ha rendido honores a los Presidentes después de resultar electos, a mí viene a rendírmelo hoy, en el momento de proclamarse mi postulación a tan alto cargo”. Ello bastó para ahuyentar a los sicarios.
Marinello, político y notable intelectual cubano era Doctor en Derecho Civil y en Derecho Público, poeta, profundo conocedor de la obra martiana y brillante ensayista. Participó en la Protesta de los Trece, fue miembro del Grupo Minorista y del Movimiento de Veteranos y Patriotas. Combatió los gobiernos de Alfredo Zayas, Gerardo Machado y Carlos Mendieta, por lo que sufrió prisión y exilio. Militante comunista desde muy joven, presidió el Partido Unión Revolucionaria y más tarde el Partido Socialista Popular. Fue delegado a la Asamblea Constituyente de 1940, Representante a la Cámara, Senador de la República, vicepresidente del Senado y, como hemos dicho, candidato presidencial a las elecciones de 1948. Después del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, sus actividades contra la dictadura de Fulgencio Batista lo llevaron a prisión en varias ocasiones. Tras el triunfo de la Revolución fue Rector de la Universidad de La Habana, embajador ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y vicepresidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Perteneció al Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde su fundación en 1965 hasta su muerte.
Juan Marinello, sentó las bases para la distinción entre la política, como expresión de la cultura, y la cultura de hacer política. Su pensamiento marxista-leninista le permitió articular las tradiciones revolucionarias de Martí, desde una perspectiva diferente. La cultura política que poseyó le permitió utilizar los recursos literarios para plantear los intereses y necesidades del pueblo cubano. Siendo Senador por la provincia de Camagüey, a él en mucho se le debe las gestiones realizadas para la construcción y apertura en nuevos locales de los Institutos de Segunda Enseñanza de Ciego de Ávila y Morón, a los que en varias oportunidades acudió a brindar conferencias sobre la vida y obra de Martí, a través de las Cátedras martianas. Fue forjador de la unidad como elemento decisivo y estratégico para aprovechar espacios políticos, sin hacer concesiones de principios.
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