El Consejo Internacional de los Museos, ICOM en sus siglas en inglés, ha nombrado al 18 de mayo como Día Internacional de los Museos, celebración que se realiza desde 1977 con el objetivo de visualizar el trabajo de estas instituciones culturales y su función dentro del espectro comunitario donde se encuentran enclavadas. En ese sentido no sólo se pretende que los museos sean un sitio ideal para conservar y proteger en sentido más amplio un patrimonio que trasciende una mera colección desde un edificio determinado y destinado a un público especifico. Se quiere abarque un patrimonio socialmente reconocido por todos en el territorio que lo genera involucrando a la comunidad como productora o portadora del mismo.
Cada año el ICOM para este festejo emite un lema que sirve de plataforma intencionada para encaminar estratégicamente el trabajo museal. Lo interesante de éstos es el carácter de continuidad y su proyección de futuro, una vez alcanzado el objetivo que nos convoca ese año es difícil retroceder, si se enfrenta con responsabilidad, el plan de acción diseñado a tal efecto. Estos lemas nos han invitado a reciclar, rescatar memoria, empoderar museos en lo referente al conocimiento de las historias locales y regionales, a buscar discursos museológicos más contemporáneos, a ser medidores participativos activos de procesos sociales, en fin, a convertir a los museos en lugares de reflexión generadores de preguntas más que sitios donde se va a buscar respuestas.
El tema escogido para este 2022 es: El poder de los museos. Por supuesto en la historia de los museos se ha probado la influencia que ejercen para generar cambios positivos en las comunidades, ya sea, científica, artística o de grupos sociales homogéneos y diversos. En esta ocasión se ha focalizado el lema en tres aspectos de sumo interés: el poder de lograr sostenibilidad; el poder de la innovación en la digitalización y la accesibilidad; por último, el poder de la construcción de la comunidad a través de la educación.
El primero de los poderes está estrechamente vinculado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas pues los museos pueden facilitar acciones para el desarrollo local y la gobernanza eficiente en la medida que atesoran información histórica y científico-técnica, puestas en función de las comunidades buscando una mayor inclusión participativa entre los miembros de las mismas.
El segundo está a tono con el nivel alcanzado por la ciencia y la tecnología que propicia aplicar la innovación en los procesos museales tanto en los proyectos museográficos como en las tareas de conservación del patrimonio en general como el documental en particular. Los adelantos científico-técnicos inciden en el incremento de las posibilidades reales de acceder a información, procesarla y luego aplicarla en la cotidianidad. El reto se encuentra entonces en hacer de nuestros museos lugares accesibles, atractivos e inclusivos que permitan a los visitantes asimilar propuestas cada vez más complejas en la conceptualidad de los procesos histórico- sociales vividos.
El tercer poder se relaciona con la educación patrimonial y su incidencia en las comunidades. El museo ha sido siempre un sitio donde confluyen saberes de diferentes esferas de la vida socio- cultural, económica y política. La propia esencia en la construcción de colecciones impone un acercamiento mediante la investigación a estos conocimientos para poder identificarlos, catalogarlos y luego inventariarlos dentro del ámbito patrimonial. Es innegable el nexo museos- escuelas, vistas estas en cualquiera de sus dimensiones académicas. Programas de estudios, acciones pedagógicas relacionadas con los discursos museológicos, incluso condicionando éstos, actividades extraescolares diseñadas en coordinación con museos, son entre muchas actividades, vías que posibilitan la construcción colectiva del sentimiento patrimonial en las comunidades. Colaborar en la formación y desarrollo de este sentimiento es uno de los retos de los museos en la actualidad.
En Cuba, nuestros museos trabajan con el amparo legal y la voluntad política de protección del patrimonio cultural y natural, pues los valores que portan están permeados por la identidad que nos define como pueblo. La esencia patriótica que tuvo la formación de las colecciones desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el interés educacional e instructivo que tuvieron las que le antecedieron, la conciencia comunitaria de pertenencia y representatividad de las instituciones museales en los territorios que se encuentran, hacen de estos poderes a los que referimos, herramientas muy útiles para incidir en alcanzar propósitos mayores en lo referente a formular una sociedad más inclusiva, participativa y sostenible.
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