Breves videos en las redes sociales de relevantes músicos de Puerto Rico respaldan el primer concierto online del septeto cubano Ecos del Tivolí el próximo sábado 1ro. de agosto desde la emblemática Casa de la Trova santiaguera.
Gilberto Santa Rosa, Andy Montañés, Danny Rivera, Edwin Colon, Chabela Rodríguez y Tony Mapellé, director de la Orquesta Criolla Nacional de ese país, figuran entre las personalidades que han expresado su apoyo por esa vía y la disposición de acompañar a los artistas santiagueros.
Los Premios Nacionales de Música Enrique Bonne y Beatriz Márquez se sumaron también a la convocatoria visual, que se concretará con la presentación ese día a las 1:00 p.m., y será trasmitida por diversos espacios y plataformas virtuales de Internet.
La propuesta promocionará piezas musicales de Miguel Matamoros, que integrarán un disco en preparación con el cual, una vez más, la agrupación santiaguera reverenciará al insigne compositor y a su trío, el más famoso de Cuba, que todavía pasea su notoriedad por el mundo.
La participación de los cantantes boricuas en esa placa es una colaboración que continúa la establecida en la producción consagrada al creador Rafael Hernández, que obtuvo el premio Cubadisco y contó con el aporte de María Isabel Rodríguez (Chabela) y Alejandro Hernández, hijo del autor.
También juntaron sus voces Rafael Ortiz y José Antonio Rivera, todos inspirados por el legado de uno de los más grandes creadores musicales del continente.
En esta séptima incursión discográfica de Ecos del Tivolí, por cuarta ocasión vuelven al legado del creador de El que siembra su maíz y Juramento, tras el primero del grupo en 1999, nombrado A Matamoros, y el segundo, de Matamoros a Guillén, en el centenario del Poeta Nacional cubano.
En Si de son se trata, del 2013, con Pancho Amat como productor y a cargo de Bis Music, 8 de los 13 temas corresponden a la autoría de Matamoros y uno a la de Siro, uno de los integrantes del trío junto a Rafael Cueto, con notas del reconocido periodista santiaguero Reinaldo Cedeño.
En esas palabras, Cedeño evoca el nexo entrañable entre el surgimiento de esa formación sonora y el barrio, de ascendencia francesa y franco-haitiana, nacido a inicios del siglo 19, donde el café-concert Le Tivolí impregnó con su halo cultural a la espiritualidad de la villa.
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