“Desde la puesta de Carlos Díaz con Teatro El público, en el 2000, no tengo noticias de que la obra haya vuelto a la escena… hasta estos días”, afirmó Esther Suárez Durán en noviembre de 2022, al compartir un escrito en el portal Cubaescena, donde precisaba también que Las brujas de Salem continuaría en cartelera durante el onceno mes del año.

La obra original de Arthur Miller, versionada en esta ocasión por Fabricio Hernández y representada por la compañía Hubert de Blanck, tuvo su estreno en octubre de 2022 y regresa los fines de semana de enero a la sede de la agrupación, ubicada en Calzada 657 entre A y B, Vedado, Plaza de la Revolución, La Habana.

“Las Brujas de Salem es una obra muy clásica, muy famosa, muy representada y llevada al cine. Cuenta la historia de una cacería de brujas que ocurrió en Salem, Massachusetts, Estados Unidos, en el siglo XVII y que le sirve de pretexto a Arthur Miller, un gran autor norteamericano contemporáneo, para denunciar esos sucesos…”, dijo a la prensa en fecha reciente, Fabricio Hernández, director artístico de esta versión. 

“Una obra que tiene un tema denso, contundente, sólido, fuerte, pero está escrita y llevada a escena por nuestra parte de una manera muy dinámica, muy contemporánea, muy atractiva, y que tiene un mensaje, un planteamiento muy vigente y muy oportuno para estos tiempos y para todas las épocas”, agregó.

Foto: Cubaescena

Yudith Carreño, Faustino Pérez y Hansel Lestegás son algunos de los actores que intervienen, así como Laura Delgado, quien expresó que su personaje es uno de los más difíciles del teatro, y al mismo tiempo “tengo tremenda suerte y tremendo reto. Lo estoy enfrentando con todo mi corazón, con mucho estudio, con mucho empeño”.

El texto de Arthur Miller fue terminado en 1952, estrenado un año más tarde,  y representado en los escenarios cubanos en 1956 y 1960, bajo la dirección de Andrés Castro con su grupo Las Máscaras. 

Según Suárez Durán, en 1961 volvió la obra a escena, dirigida por Abelardo Estorino y Rolando Ferrer, como un espectáculo patrocinado por el Teatro Nacional, y más tarde, en 1968, la presentó el Taller Dramático, con dirección de Gilda Hernández.