La decimoctava edición del Festival de Teatro de La Habana concluye hoy, en esta capital, con la puesta en escena de la ópera La clemencia de Tito en la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
Con el auspicio de la Fundación Mozarteum de Salzburgo, Austria, la Oficina del Historiador de la Ciudad y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, esta versión despedirá la fiesta de las tablas cubanas y abrirá las jornadas del V Festival Mozart-Habana.
La pieza, última ópera compuesta por Mozart, reverenciará a La Habana por sus cinco siglos de existencia y contará con la dirección general del pianista Ulises Hernández y la conducción escénica de Carlos Díaz, Premio Nacional de Teatro; así como la adaptación del dramaturgo de Norge Espinosa Mendoza junto a la coreografía del bailarín Norge Cedeño.
Tras varias jornadas, el Festival convocó en esta capital a la vanguardia del teatro cubano, que compartió la escena con una selecta nómina de 14 elencos internacionales, encabezada por la compañía alemana Berliner Ensemble, merecedora del premio honorífico Raquel Revuelta 2019.
Dedicada al reconocido dramaturgo Vicente Revuelta, la cita teatral reverenció su legado con la exposición Noventa Revueltas, como recordación a figura esencial para las artes escénicas de la isla caribeña durante sus montajes emblemáticos: Largo viaje de un día hacia la noche, El alma buena de Se Chuan y La noche de los asesinos.
Entre las puestas más relevantes estuvieron Oficio de Isla, El círculo de tiza caucasiano y Las amargas lágrimas de Petra Von Kant; en tanto, las piezas En el país de las sombras y Pum, concertaron el acercamiento con el público infantil.
Bajo el lema Concepto, técnica y diseño, la temporada teatral, el certamen mostró sus mejores credenciales con más de 80 funciones y una sólida asistencia de público que acudió a debates teóricos, funciones, desmontajes, presentaciones de libros, y exposiciones de artes visuales.
El Festival de Teatro de La Habana, que cierra sus telones hasta 2020, ya prepara su próxima edición con vistas a las cuatro décadas como la principal fiesta de las artes escénicas en la isla caribeña.
La pieza, última ópera compuesta por Mozart, reverenciará a La Habana por sus cinco siglos de existencia y contará con la dirección general del pianista Ulises Hernández y la conducción escénica de Carlos Díaz, Premio Nacional de Teatro; así como la adaptación del dramaturgo de Norge Espinosa Mendoza junto a la coreografía del bailarín Norge Cedeño.
Tras varias jornadas, el Festival convocó en esta capital a la vanguardia del teatro cubano, que compartió la escena con una selecta nómina de 14 elencos internacionales, encabezada por la compañía alemana Berliner Ensemble, merecedora del premio honorífico Raquel Revuelta 2019.
Dedicada al reconocido dramaturgo Vicente Revuelta, la cita teatral reverenció su legado con la exposición Noventa Revueltas, como recordación a figura esencial para las artes escénicas de la isla caribeña durante sus montajes emblemáticos: Largo viaje de un día hacia la noche, El alma buena de Se Chuan y La noche de los asesinos.
Entre las puestas más relevantes estuvieron Oficio de Isla, El círculo de tiza caucasiano y Las amargas lágrimas de Petra Von Kant; en tanto, las piezas En el país de las sombras y Pum, concertaron el acercamiento con el público infantil.
Bajo el lema Concepto, técnica y diseño, la temporada teatral, el certamen mostró sus mejores credenciales con más de 80 funciones y una sólida asistencia de público que acudió a debates teóricos, funciones, desmontajes, presentaciones de libros, y exposiciones de artes visuales.
El Festival de Teatro de La Habana, que cierra sus telones hasta 2020, ya prepara su próxima edición con vistas a las cuatro décadas como la principal fiesta de las artes escénicas en la isla caribeña.
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