Al calor del LVIII Festival de la Trova Pepe Sánchez, que comienza este miércoles, el sello Unicornio de Producciones Abdala presentó Contar la Trova, invaluable serie documental que gira en torno al destacado musicólogo e investigador Lino Betancourt (1930-2018) y sus interacciones con el género.
Con idea original de Abel Acosta Damas y con la dirección de José Manuel García, el producto deviene una experiencia en primera persona de un hombre que no solo se codeó con lo que brillaba y valía de aquellos juglares convertidos en leyenda, sino que además mantuvo lucidez y erudición para contarlo.
En 20 capítulos que comienzan con Pepe Sánchez (1856-1918), creador del primer bolero conocido, Tristezas; y terminan con el espirituano Rafael Rodríguez Muñoz (1919-1999), Lino teje entre anécdotas e información histórica y musicográfica un entramado académico asequible para públicos como los propios estudiantes de música.
“Esto me lo dijo María Teresa Vera”, “Sindo Garay me comentaba”, o “Le dije a Ñico Saquito” autentifican un discurso elocuente y sólido en cada una de las disertaciones, que también incluyen anécdotas junto a Compay Segundo, Lorenzo Hierrezuelo, Teofilito, Matamoros o Manuel Corona.
La idea original era filmar los testimonios de Lino para recoger todo ese inmenso caudal de conocimientos suyos sobre la trova, comentó José Manuel García.
En ese sentido, agregó que "luego de elaborar de conjunto una larga lista de figuras notables del género, seleccionamos una veintena para construir una serie que inicialmente se registró en un set preparado en los propios estudios Abdala".
Con el ánimo de reflejar el fenómeno en el mismo espacio donde se ha originado desde la segunda mitad del siglo XIX, se decidió apoyar musicalmente cada capítulo con obras de los protagonistas, ejecutadas por cultores asociados a emblemáticos centros como las casas de cultura de Sancti Spíritus y Santiago de Cuba.
Y otra vez asintió el fecundo investigador autoproclamado como “un amante de la trova”. Los 82 años no le pesaban un ápice y, embarcado en la aventura audiovisual, ofreció verdaderas clases magistrales tanto frente a la cámara como fuera de ella.
Yo creo que para él fue una inyección de vida. Donde quiera que llegábamos los trovadores le saludaban con inmenso respeto, y así estuvo todo el tiempo, escribiendo, arreglando cosas en los guiones, resaltó.
Consagrados exponentes como Chely Romero, Armando Garzón, Alejandro Almenares -a quien se dedica especialmente esta edición del Pepe Sánchez-, el dúo Voces del Caney y trío Miraflores, entre otros, alternan los comentarios de Lino, como en una especie de demostración intachable.
El desaparecido periodista y escritor tenía el don de la palabra. Cuando empezaba a hablar –cosa que le encantaba- no había nadie que se quedara indiferente a lo que estaba diciendo. Eso es algo que tratamos de reflejar en cada uno de estos capítulos, concluyó el realizador.
Varios juegos completos con la serie presentada por el Artista de Mérito del Instituto Cubano de Radio y Televisión, entre muchos otros reconocimientos, acaba de ser donada al Sistema Nacional de Enseñanza Artística, ya que su contenido en sí es un documento histórico para instruir a las nuevas generaciones en la imprescindible historia de la trova.
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