Danza Contemporánea de Cuba (DCC) prepara hoy una temporada en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso con obras de creadores de Francia y del país caribeño.
De acuerdo con un comunicado de la compañía, lidera el programa la versión de La consagración de la primavera, creada para el conjunto madre de la danza moderna en Cuba por los coreógrafos franceses Christophe Béranger y Jonathan Pranlas-Descours.
El riesgo que corre cualquier interpretación de esa pieza fue superado en Cuba con medios propios: movimientos de caderas, hombros y torso, con la flexibilidad y soltura peculiar en el país, pero inmersos en la férrea técnica de la danza contemporánea.
Los coreógrafos galos captaron muy bien la forma de moverse de los nativos de esta isla y concibieron una obra en la cual cubanía y universalidad se entrelazan en armonía.
De este modo, DCC ganó el año pasado una versión realmente personal, con intensidad expresiva propia y a la vez con sólidos anclajes en las interpretaciones que han removido el universo artístico desde 1913, cuando el compositor ruso Ígor Stravinski escribió la partitura para los Ballets Rusos, de Serguéi Diáguilev.
Tanto la música como la coreografía original de Vaslav Nijinsky fueron calificadas de vanguardistas tras el estreno en el teatro de los Campos Elíseos, de París.
Pero pese a dudas, abucheos y temores, numerosos han sido los coreógrafos seducidos por la idea de plantear su propia versión en torno a un conjunto de rituales primitivos realizados para celebrar la llegada de la primavera, al compás de la música de Stravinsky.
La Consagración... influyó a muchos de los principales compositores del siglo XX y los expertos resaltaron su novedad para la época por experimentar con tonalidad, métrica, ritmo, acentuación y disonancia.
El espectáculo previsto para el 6, 7 y 8 de diciembre próximo, incluye también la reposición de Matria Etnocentra, del cubano George Céspedes, ganador del Premio Iberoamericano de Coreografía 2002.
Una versión de este último coreógrafo sobre Carmina Burana, creada para DCC, le valió a la compañía en 2009 el Premio Luna en México.
Un año después la pieza por encargo Mambo 3XXI obtuvo nominaciones a los tres principales galardones del Reino Unido para danza: el TMA (Theatre Award), el Laurence Olivier y el Premio del Círculo Nacional de Críticos de Danza.
Matria Etnocentra cierra una trilogía que el coreógrafo abrió con la obra Mambo 3XXI y siguió con Identidad-1, las tres inspiradas en la música cubana y elementos identitarios de la isla.
El riesgo que corre cualquier interpretación de esa pieza fue superado en Cuba con medios propios: movimientos de caderas, hombros y torso, con la flexibilidad y soltura peculiar en el país, pero inmersos en la férrea técnica de la danza contemporánea.
Los coreógrafos galos captaron muy bien la forma de moverse de los nativos de esta isla y concibieron una obra en la cual cubanía y universalidad se entrelazan en armonía.
De este modo, DCC ganó el año pasado una versión realmente personal, con intensidad expresiva propia y a la vez con sólidos anclajes en las interpretaciones que han removido el universo artístico desde 1913, cuando el compositor ruso Ígor Stravinski escribió la partitura para los Ballets Rusos, de Serguéi Diáguilev.
Tanto la música como la coreografía original de Vaslav Nijinsky fueron calificadas de vanguardistas tras el estreno en el teatro de los Campos Elíseos, de París.
Pero pese a dudas, abucheos y temores, numerosos han sido los coreógrafos seducidos por la idea de plantear su propia versión en torno a un conjunto de rituales primitivos realizados para celebrar la llegada de la primavera, al compás de la música de Stravinsky.
La Consagración... influyó a muchos de los principales compositores del siglo XX y los expertos resaltaron su novedad para la época por experimentar con tonalidad, métrica, ritmo, acentuación y disonancia.
El espectáculo previsto para el 6, 7 y 8 de diciembre próximo, incluye también la reposición de Matria Etnocentra, del cubano George Céspedes, ganador del Premio Iberoamericano de Coreografía 2002.
Una versión de este último coreógrafo sobre Carmina Burana, creada para DCC, le valió a la compañía en 2009 el Premio Luna en México.
Un año después la pieza por encargo Mambo 3XXI obtuvo nominaciones a los tres principales galardones del Reino Unido para danza: el TMA (Theatre Award), el Laurence Olivier y el Premio del Círculo Nacional de Críticos de Danza.
Matria Etnocentra cierra una trilogía que el coreógrafo abrió con la obra Mambo 3XXI y siguió con Identidad-1, las tres inspiradas en la música cubana y elementos identitarios de la isla.
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