Diversos paneles y conversatorios acerca de la trascendencia de los hechos históricos que marcaron el punto de partida para la celebración del 20 de octubre como Día de la Cultura Cubana se desarrollan en Holguín, como parte de la jornada que conmemora esta significativa fecha.
En ese sentido sobresale el panel “Holguín, crucero de saberes”, realizado desde las plataformas digitales de la Casa de Iberoamérica de la oriental ciudad, protagonizado por los historiadores José Novoa Betancourt y Armando Cuba.
Ambos investigadores profundizaron sobre los conceptos y momentos históricos que resultaron decisivos en la formación de la nacionalidad cubana, un proceso largo y complejo, donde intervinieron diferentes culturas.
Novoa explicó que a diferencia de lo sucedido en otras tierras o naciones, Cuba nació de un proceso histórico terrible que fue la conquista de América, lo que implicó prácticamente el exterminio de la población aborigen y la llegada de cerca de un millón de negros africanos sacados de sus entornos por la fuerza y obligados a una cruel esclavitud.
De esta manera, expuso los horrores que sufrían a su llegada a la isla, pues perdían su nombre original y eran obligados a comunicarse en castellano, evidenciándose, además, una complejidad cultural en el caso de la religión, pues para continuar profesándola se vieron obligados a transculturizar sus deidades en las imágenes y dioses del cristianismo.
“Convertirse en cubano constituyó un proceso difícil, pues también el color de la piel pasó a ser considerado estigma social hasta que blancos y negros fueron capaces de reconocerse bajo este gentilicio, siendo necesario vivir un complejo proceso histórico en la Cuba colonial”, precisó.
Por tanto, puntualizó Novoa, de ahí que existan los conceptos de cubanidad y cubanía, el primero guarda relación con el derecho de nacimiento que le da a una persona haber nacido en Cuba, y se identifica también con elementos distintivos como la comida típica, la música y los paisajes de su país natal, mientras que el de cubanía es cuando se entiende a ese pueblo como único, soberano y dueño de su propio destino.
Armando Cuba, por su parte, destacó los hechos que marcaron la celebración del 20 de octubre como Día de la Cultura Cubana, siendo el Himno de Bayamo, posteriormente Himno Nacional, la justificación cultural para establecer dicha conmemoración, de acuerdo con el Decreto 74 de agosto de 1980, rememorando el día de 1868 en el que Perucho Figueredo compuso las estrofas.
El historiador apuntó a la vez que la cultura se enriquece, se adapta y se mantiene en un proceso de evolución constante, de modo que el “ajiaco”, término que le otorgó a este proceso el reconocido antropólogo Don Fernando Ortiz, nunca termina de hervir en la olla nacional.Finalizando el panel, el también especialista de la Oficina de Monumento y Sitios Históricos de Holguín, refiriéndose a José Martí recordó una de sus sentencias que reconoce a la Patria como unión de amores y esperanzas, justamente una de las claves para entender que la patria está en la unión de los cubanos más allá de las diferencias posibles.
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