Una selección de piezas creadas desde la década de 1990 hasta los últimos días de Ernesto Rancaño conforman la muestra Como estatuas de sal, del Museo Nacional de Bellas Artes, de Cuba.
La exposición homenaje al prolífico creador, fallecido el pasado año, abrirá el próximo 3 de febrero y se extenderá hasta el 23 de abril, en aras de ilustrar su maestría, por la cual ocupa un lugar privilegiado en las artes plásticas del mayor archipiélago de las Antillas.
Según informa la institución, el proyecto está conformado por préstamos recibidos de colecciones privadas e institucionales, que atesoran “el amplio acervo que legó Rancaño a su familia”, así como obras que pertenecen al Museo.
“La selección exhibe una mirada atrás sobre la trayectoria de este autor y sin dudas, invita a ese estudio necesario y crítico, sobre el lugar de Ernesto Rancaño en el arte cubano actual; hoy, cuando ya su ciclo creador se ha congelado en la poesía definitiva y trascendente”, señala la invitación a la muestra.
Como estatuas de sal llega un año después de la partida física del creador, “artífice de depurada sensibilidad, reconocido por la maestría de su pincel y de sus trazos, creador de un imaginario de símbolos que identifican una producción amplísima y prolífica”, apunta el texto.
Asimismo, destaca la capacidad de Rancaño de insertarse en “las tendencias postmodernas, combinando disímiles lenguajes que van desde la cita de técnicas de tradición pictórica, al objeto y la video instalación, sin abandonar nunca ese hálito surreal y onírico de su obra”.
Más de una treintena de piezas conforman la exposición que recorre cerca de tres décadas de labor, hasta “la última pintura en el caballete de su estudio, en la que trabajaba el artista en el momento de su deceso”, apunta el Museo desde la red social Facebook.
Con esta propuesta, la institución aproxima al trabajo del artista que “escudriña al individuo universal, cuerpo físico y ser político, que solo logra definirse en relación con su realidad inmediata y con su época”, marcado por una nostalgia de futuro que se percibe en el infinito de sus horizontes.
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