Los oyentes y cibernautas de la Discoteca Popular, que sale al aire, de lunes a sábado, por las ondas nacionales de Radio Progreso, la Emisora de la Familia Cubana y por audio real en Internet, están de pláceme, porque ese estelar espacio está transmitiendo un conjunto de programas grabados en vivo por la octogenaria Orquesta Aragón.
Los «estilistas del cha cha cha» configuran la agrupación musical que identifica a la Decana de las Emisoras Cubanas en nuestra geografía insular y fuera de ella, subraya una nota que publica la página web de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Destaca la fuente que el ritmo inconfundible de la Charanga Eterna ha llenado de música, luz y color el escenario capitalino de los grandes éxitos de la que «llegó y triunfó», y que muy pronto trascendieron el pentagrama sonoro caribeño para alcanzar —cual relámpago en una noche de verano— el pentagrama sonoro universal.
El «secreto» que caracteriza a los «aragonísimos», como los califica la maestra Carmen Solar, Premio Nacional de Radio, no es otro que el sonido Aragón, signado —fundamentalmente— por las caricias que el maestro Rafael Lay Apesteguía (1927-1982) les hacía a las cuerdas de su violín; sonido que fue adaptándose, «poco a poco, como llega cojeando la verdad de la mano del tiempo», según el pensador heleno Annon, a los demás instrumentos (viento, cuerda y percusión).
De tal simbiosis músico-vocal, surge ese estilo inimitable que distingue a la Orquesta Aragón, y la convierte —por derecho propio— en la Reina de las Charangas Cubanas, afirma en su reseña el periodista y crítico cultural Jesús Dueñas Becerra.
Cuando los bailadores cubana escuchan el tema musical de la cienfueguera orquesta, compuesto por el maestro Enrique Jorrín (1926-1987), «Aragón […], Aragón […], si tú escuchas un son sabrosón […], ponle el cuño es Aragón […]. Si tú escuchas un rico danzón […], ponle el cuño es Aragón», vibran de emoción y se les sueltan los pies a los compases de un buen danzón, un delicioso cha cha cha, un bolero bien romántico, un son montuno, una encendida guaracha o cualquier otro género genuinamente criollo.
En esos programas que ahora transmite la Discoteca Popular se encuentra, sin duda alguna, la esencia íntima de la Aragón como orquesta típica, única e irrepetible, asegura la nota comentada que inserta la UNEAC en su sitio digital.
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