El enriquecedor patrimonio de la música cubana resulta francamente abarcador no solo por su extensión, sino, además, por esa extraordinaria diversidad que nos permite hablar regularmente de aquellas figuras que lo prestigian a partir de la obra aportada.
Entre todos estos creadores procedentes de épocas y estilos diferentes, hay tendencias que, de alguna manera, se emparentan. Si se quiere hacer alusión al manejo del humor abordado en los temas musicales, no se puede dejar de hablar del emblemático Trío Matamoros, como tampoco podemos obviar a Beny Moré, ni el aliento jocoso de Juan Formell en los Van Van y el de José Luis Cortés con NG La banda.
Aunque cada cual ha proyectado este humor criollo a partir de los marcos coyunturales propios de cada momento, esto ha determinado, por ejemplo, que alguna que otra ocurrente composición de Cortés haya sido incomprendida, no tanto por la crítica a un detalle en específico de ella, sino porque quizá no hemos sido capaces de asimilar el concepto ante alguna de esas propuestas de su estética renovadora.
Otro tanto sucede con su voluntad de llamar la atención: bien por la exótica forma de vestir o hasta por los originales pelados a que nos tiene acostumbrados. En tal sentido, recordemos que al Beny, habitualmente, le gustaba vestirse de una forma tal que hacía llamar mucho la atención sobre su persona, pues toda esa extravagancia le era concedida por la clase de músico que había en él. Otro tanto ocurre con José Luis Cortés, de quien nadie se puede llamar a engaño, no solo por el virtuosismo que lo distingue como flautista, sino también por el singular talento con que emprende distintos proyectos en su vida como músico.
Nada más que saberlo heredero del legado de maestros como Juan Formell y Chucho Valdés, en su paso por Van Van, al igual que por Irakere, respectivamente, debería bastar para clasificar con el aval necesario de los que ostentan la categoría de elegidos. Pero este inquieto provocador de genialidades que es Cortés, con su legendario apego por NG La banda, ha mostrado cómo nos puede subir la parada al obsequiarnos sabrosas piezas de corte bailable, exquisitamente concebidas e interpretadas por un piquete de músicos de calidad superior. No lo dudes, José Luis continúa cumpliendo años para que, según sus propias palabras, pueda “…seguir haciendo música para que la gente se divierta, sobre todo la gente que trabaja, que estudia y que hace este país”.
Cortés, con su legendario apego por NG La banda, ha mostrado cómo nos puede subir la parada al obsequiarnos sabrosas piezas de corte bailable.
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