Cuba toda en el simbolismo de un paisaje que descansa sobre un nasobuco en forma de hamaca resumen el sentido de Cargando la esperanza, obra con la que el artista de las artes plásticas de Las Tunas, Angel Luís Velázquez Guerra, acaba de obtener el segundo puesto en el Concurso Internacional de Arte sobre Covid-19.
Lo más puro de la tradición campesina cubana reflejado en un camino, un bohío, la palma real, otros árboles típicos de la flora nacional, la bandera de la estrella solitaria que ondea en lo más alto y bajo estos elementos esa mascarilla sanitaria, es la máxima expresión de que se viven tiempos diferentes y el arte debe ser también reflejo de esto.
Para su autor, Cargando la esperanza es un lienzo que nació durante los días más complicados del enfrentamiento al nuevo coronavirus en la provincia de Las Tunas, cuando todo el mundo estaba en sus casas prácticamente sin salir, razón por la que quiso fusionar el paisajismo con esa necesidad imperiosa de salvarnos como seres humanos.
Casi sin conciencia absoluta de lo que representa obtener este segundo lugar en un concurso en el que se postularon 217 artistas de todo el mundo, Angel Luis Velázquez dijo a la Agencia Cubana de Noticias que su mayor agradecimiento es para su eterno profesor, Wilber Ortega Aldaya, quien le avisó del certamen y conquistó además el cuarto lugar con su obra América confinada.
Cargando la esperanza es portada en estos momentos en revistas de México y España, así como lo fue en los principales medios de comunicación cubanos incluso antes de que iniciara el concurso que fue desarrollado vía internet con sede en Barcelona, España.
Auspiciado por Wentworth Norton Group, de los Estados Unidos, y la Fundación Matilde Tamayo de Arte Contemporáneo, en España, el Concurso Internacional de Arte sobre COVID-19 rinde tributo a las víctimas de la pandemia y a los trabajadores sanitarios que la han enfrentado.
Las creaciones de los 30 finalistas, entre las que destacan las de los tuneros Ángel Luis Velázquez y Wilber Ortega, serán expuestas en la galería del Centro Cultural Montjuic, uno de los más prestigiosos de su tipo en Barcelona.
Velázquez Guerra es un artista autodidacto movido por la pasión a la plástica en sus diferentes manifestaciones y a la cubanía en su máximo esplendor, razón por la que incursiona en la cultura ambiental y monumental y en estos momentos proyecta realizar una aldea aborígen en el municipio de Majibacoa, su pueblo natal.
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