Como parte de la Jornada por el Día de la Emancipación de África, en la Casa de las Américas se organizó el panel África. Descolonización de la cultura, una cultura de la descolonización, coordinado por la cátedra Amílcar Cabral de la Universidad de La Habana.
En una mesa donde coincidieron jóvenes investigadores y académicos especializados en el estudio del continente africano, se abordó el proceso de descolonización desde diferentes dimensiones, momentos históricos, procesos de liberación, y figuras notables.
La charla fue moderada por el diplomático cubano Rodobaldo Isasi Guerra, quien resaltó que la africanidad es un concepto en constante evolución, lo que permite explorar el diálogo entre sus procesos políticos y culturales en la época contemporánea.
En su intervención, Reynaldo Sánchez Porro, doctor en Ciencias históricas, se refirió principalmente a los Movimientos de Liberación Nacional (MLN) que surgieron para poner fin a la dominación colonial y denunciaron las distintas formas de opresión y dependencia de las potencias.
Destacó la figura de Amílcar Cabral, ingeniero agrónomo e intelectual nacido en Guinea-Bisáu que dedicó su vida a la lucha por la libertad de su pueblo. Cabral puso el acento fundamentalmente en concientizar a las personas sobre el problema nacionalista y en «significar el segmento de esa comunidad que había tomado las armas de la cultura europea para cuestionarla y combatirla», apuntó Sánchez Porro. Además, en las zonas liberadas creó una estructura política que vulneró la soberanía portuguesa sobre esos territorios.
De este modo, el destacado investigador repasó algunos hitos de los MLN en distintos puntos de la geografía africana, especialmente de las excolonias que reclamaron su independencia y su derecho a la autodeterminación política, económica y cultural.
Por su parte, el joven profesor Ernesto Teuma Taureaux abordó la evolución del séptimo arte en ese continente, con énfasis en el caso de Sudáfrica. Resaltó que el desarrollo de la cultura guarda una estrecha relación con los movimientos sociales, económicos y políticos, y el cine debió afrontar la fragmentación provocada por el colonialismo, que legó además una notable barrera tecnológica para la producción autóctona en estos países.
«El desarrollo del cine africano en el cual se ubica la producción sudafricana para la liberación estuvo marcado precisamente por la superación de esa fragmentación, pero también se enfrentaba a una segmentación temática que puede verse en tres corrientes distintas desarrolladas en su interior: un cine social-realista, uno de retorno a la fuente, y un tipo de cine especialmente político», detalló Teuma Taureaux.
En su radiografía crítica sobre el séptimo arte en Sudáfrica en diferentes etapas, el profesor explicó que en la misma medida que el apartheid fue resquebrajándose, se empezaron a filtrar cintas y películas más allá de los espacios clandestinos.
A través de las movilizaciones del frente democrático unificado «logra hacerse cultura y producir una visión de un país liberado, incluso antes de que Nelson Mandela en abril de 1994 se coloque como primer presidente de una Sudáfrica no racial mayoritaria». Simultáneamente, el cine post apartheid empezó a cuestionar algunas de las líneas de fracturas de ese nuevo Estado, y, en la actualidad, no ha dejado de producir grandes filmes anticoloniales.
El M. Sc. Luis Edel Abreu Veranes se refirió a la lengua africana swahili o suajili como plataforma descolonizadora. Según explicó, este es el resultado de una síntesis étnica, civilizatoria y cultural, en cuya conformación intervinieron los componentes bantú, árabe, persa, inglés y portugués.
Considerada una de las lenguas africanas más importantes, el suajili posee aproximadamente 140 millones de hablantes y su presencia se estudia en buena parte de las universidades del mundo, comentó Abreu Veranes.
De acuerdo con sus investigaciones, en el desarrollo cultural y lingüístico del suajili, la conexión con los procesos diaspóricos, el arribo de comerciantes y colonizadores a la costa oriental de África juega un papel importante. Esta lengua además es resultado de una tradición oral y escrita con huellas en la literatura en prosa y verso, que se expandió hacia otras manifestaciones y sirvió como una herramienta ideológica importante.
Finalmente, el M. Sc. Yoslan Silverio González conversó sobre los mitos y realidades de la integración africana. La jornada culminó con las palabras de María Elena Álvarez Acosta, doctora en Ciencias Históricas, quien disertó a propósito del papel de los afrodescendientes en las encrucijadas de las relaciones internacionales.
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