El II Taller Internacional del Programa de Estudios de Afroamérica: «Juegos de libertad. Prácticas de descolonización del universo infantil» cuenta entre sus participantes con el artista visual cubano Alexis Gutiérrez Gelabert. El reconocido pintor, escultor, diseñador e historietista traerá su visión en torno al protagonismo de héroes afrodescendientes en las guerras de independencias, reflejado en los géneros gráficos y narrativos. Además, serán expuestas algunas de sus obras como parte de la sesión de actividades «El patio de mi casa» cuyo público fundamental serán las niñas y niños de la comunidad.
En la obra pictórica de Alexis Gutiérrez Gelabert destaca la intencionalidad de recrear el imaginario infantil donde radican los juegos tradicionales y las historias populares. Desde su perspectiva se pondera la transmisión de saberes para los infantes en confluencia con una estética que propicia la fantasía y la creatividad. La abundancia de color y elementos llegará a corresponder las ansias imaginativas de los más pequeños y la pluralidad de interpretaciones. El autor del libro de historietas Aventuras desde la Edad de Oro (Centro de Estudios Martianos, 2018) ha mantenido en su trayectoria la impronta martiana, inspiración que lo lleva a reconstrucciones surrealistas y fantásticas de las historias escritas por el Apóstol, así como de su pensamiento en relación con la educación de las nuevas generaciones.
La frase que da inicio al título del presente taller: «juegos de libertad» va más allá de la metáfora, puesto que, en la dinámica lúdica, primigenia e intrínseca a la sociedad humana, es donde comenzará a tejerse el pensamiento de cada generación. El arte de Gelabert es una muestra de creación liberadora dispuesta a acompañar el proceso del juego, a fomentar la diversidad de opciones sobre las cuales imaginar. Apoyado en la premisa martiana de mostrarle al infante el mundo diverso que lo rodea, el artista cubano potencia el ojo y la mente infantil, dota el entorno observado de formas que resultan estimulantes, sensibilizadoras y en esencia, descolonizadoras.
Tal es el propósito que rige el taller y de ahí la conexión con la obra del Maestro y del pintor cubano, cuya labor también evoca los escenarios típicos de nuestras localidades. El infante, representado en sus pinturas, se funde con nuestra la naturaleza ambiental cubana, es a la vez, fruto del mestizaje y de una cultura prolífera en la expresión de su identidad. Las prácticas descolonizadoras se insertan fluidamente en el juego y así lo manifiestan las obras del artista que amenizan el espacio del taller. El arte y el juego se unen en su condición más primera y humana, la libertad.
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