La cuarta jornada del VIII Coloquio Internacional Del Papiro a la Biblioteca Virtual fue intensa desde la mañana, llena de encuentros valiosos. Durante la sesión de tarde, un taller infantil propició un diálogo sensible entre tradiciones de Guatemala, México y Cuba.
El cuento «Ramón preocupón» de Anthony Browne (en traducción de Teresa Mlawer) sirvió como hilo conductor del encuentro moderado por la profesora mexicana Miriam Cruz Montiel. La historia sigue a Ramón, un niño guatemalteco que siempre estaba preocupado hasta que su abuela le revela cómo liberarse de esas molestas inquietudes que le impedían dormir.
La solución son los «quitapesares», diminutos muñequitos que se colocan bajo la almohada para que carguen con las preocupaciones de los niños mientras duermen. Más que un elemento de ficción, representan una tradición viva en Guatemala, y funcionan como estrategia para que los infantes compartan y exterioricen sus inquietudes, así como las enfrenten sin dejarse abrumar por pensamientos negativos.
Inspirados por el cuento, los niños elaboraron sus propios «quitapesares», cada uno único, llegando algunos incluso a ponerles nombre. A través de la creación de estos muñequitos y las preguntas de la profesora Cruz —interesada en conocer cómo los niños cubanos hacen frente a sus preocupaciones— se estableció un diálogo entre tres naciones.
Durante una hora, la sala de lectura de la Biblioteca José Antonio Echeverría se llenó de buenas vibras y se pudo escuchar la sincera emoción de los pioneros. Los materiales fueron facilitados por la propia Cruz Montiel y otros participantes del coloquio llegados desde México. Los especialistas de la biblioteca agradecieron el esmerado taller y la donación del libro al fondo de la institución, pero especialmente valoraron la sensibilidad demostrada por la profesora.
Posteriormente, tuvo lugar el panel «Trescientos años de Esteban Salas», donde se compartieron valiosos recursos e informaciones acerca de la gestión del patrimonio musical de la Colección de Música Sacra de Cuba que atesora el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas. Participaron la doctora Miriam Escudero —impulsora del proyecto que ha llevado las partituras de Salas a una biblioteca digital— y la especialista Gabriela Milián, con la moderación de María Elena Vinueza, directora de Música de la Casa de las Américas.
Este trabajo, ya accesible para especialistas interesados en estudiar el patrimonio musical cubano, representa un recurso particularmente valioso para quienes se sienten atraídos por la obra de Salas, destacado intérprete, compositor y director musical nacido en La Habana en 1725, cuyo legado incluye al menos 190 obras entre villancicos y géneros litúrgicos.

Deje un comentario