El pasado viernes 8 de noviembre la Casa de las Américas fue espacio propicio para desenterrar la historia detrás de los objetos cotidianos con el Taller Laboratorio «Animación de Objetos Documentales: Arqueologías de lo mudo», impartido por Brenda Hernández Polanco, estudiante de Artes Escénicas de la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia.
Como parte de la última jornada del V Encuentro de pensamiento y creación joven en Las Américas, Casa Tomada 2024, y aún con las afectaciones del paso del huracán Rafael por el occidente del país, el taller reunió a jóvenes de distintas geografías para generar conexión entre ellos y sus objetos; esos que, a veces sin darse cuenta, llevan consigo todo el tiempo.
Brenda, también formada en pedagogía teatral y actuación, explicó que la idea del ejercicio era activar la mirada de lo que nos es inconsciente, de cómo adaptamos y llevamos los objetos cotidianos sin percibir lo que cargan.
En una primera acción que buscaba conectar, observar y sentir más allá; cada participante debía darle movimiento a un artículo específico y luego, hacerlo pasar de mano en mano, y a través de las miradas confiar en que los otros no dejarían morir su viaje.
Brenda señaló que se decide llamarle «arqueología» por ese sentido de desenterrar la historia del objeto y reivindicarla o reactivarla, darle la palabra a algo que nunca hubiese hablado. Pero más allá de que la activación se configurara como la idea del títere y la animación, el primer punto debía ser empezar a descubrirlo, aprender de él, y entender qué es lo que quiere contar.
Durante el espacio también se trabajó desde la pedagogía de la escucha, una estrategia que permitió entender puntos comunes en el discurso de los otros, así como la importancia de determinado elemento en sus vidas y el largo camino que transitó antes de llegar a sus manos.
El taller tuvo como resultado una «museografía itinerante», donde se recuperó la poética del objeto a partir de las descripciones y el valor dado por sus dueños en cada uno de los escritos, expuestos más tarde en uno de los tantos espacios de la Casa de las Américas.
Estas «arqueologías de lo mudo» devolvieron la identidad familiar de los objetos presentes, su relación con las profesiones, con las luchas, con los retos, al punto de que fuese el propio objeto quien sujetara las ideas.
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