Cada 21 de diciembre, al cumplirse un aniversario más del natalicio de la Prima Ballerina Assoluta, Alicia Alonso y celebrarse en su honor el Día iberoamericano de la Danza, se hace necesario rendir homenaje a quien impulsara desde su talento, al ballet cubano y latinoamericano. La Casa de las Américas y el Museo Nacional de la Danza, vinculados en este propósito, idearon para esta ocasión la exposición bibliográfica y documental “Alicia Alonso en Nuestra América”, inaugurada en la tarde de ayer en la Biblioteca José Antonio Echeverría de la Casa.

Para celebrar su apertura, Jaime Gómez Triana, vicepresidente de la Casa de las Américas evocó el placer de homenajear, nuevamente, la vida de Alicia Alonso y recordó cómo, en el año 1981, en ese mismo lugar se había desplegados fotos, libros y revistas para celebrar los 50 años del debut de la bailarina. De igual manera, anécdotas acerca de la célebre intérprete fueron traídas por Miguel Cabrera, historiador del Ballet Nacional de Cuba, mientras que Abdel Díaz, subdirector del Museo Nacional de la Danza, transmitió las palabras de su director, Pedro Simón quien, desde la distancia, apoyó la realización de la muestra. Como explicó Yahimi Mederos, especialista del Museo, la exhibición acoge aquellos documentos periodísticos y bibliográficos, carteles, fotografías y programas que evocan los años de trayectoria de la bailarina cubana y esta vez de manera particular su vínculo con la América Latina y el Caribe.

Como muestra de su vocación fundadora, las vitrinas exhiben desde su primer número, ejemplares de la revista Cuba en el ballet, de la cual Alicia fuera la principal impulsora.  Se destaca de igual modo la fecha del 2 de noviembre de 1943, hace ya 80 años, cuando debutaba en el rol titular de Giselle, el cual no solo la llevó a alcanzar el reconocimiento internacional, sino que, como expresó el historiador del Ballet Nacional de Cuba, Miguel Cabrera: «patentizó las amplias posibilidades que tenían las latinoamericanas para triunfar en un rol hasta el momento privativo de las bailarinas eslavas o anglosajonas».

Si en 1948 queda fundado el Ballet Nacional de Cuba en cuyo eje hallábase la Compañía Alicia Alonso, al año siguiente el prestigio de Alicia como bailarina, directora y coreógrafa, se hizo extensivo al continente latinoamericano en la emblemática Gira de 1949. De aquellas actuaciones, la muestra exhibe los programas y las secciones titulares de las que fueron motivos. Panamá, Perú y Ecuador figuran entre los países, que acogieron a la compañía. Cronológicamente, la exposición repasa, entre carteles y programas, las funciones del ballet cubano a lo largo de nuestro continente, hasta llegar al año 2017.

Por otra parte, la selección bibliográfica apunta a los disimiles homenajes y estudios realizados alrededor de la figura de Alicia Alonso. Destacan, sin dudas, los trabajos de Pedro Simón, investigador y director del Museo Nacional de la Danza, con títulos como Alicia Alonso. Gloria y Escuela o El arte coreográfico de Alicia Alonso. Las múltiples ediciones de Diálogos con la Danza y los estudios de Mayda Bustamante y Miguel Cabrera, comunes por su acercamiento a la figura de Alicia, ubicándola entre «la realidad y el mito»; son también exhibidos dentro de la selección. Igualmente, revistas como Casa de las Américas, Conjunto o las latinoamericanas Cromos de Colombia y Caretas de Perú, reúnen artículos dedicados a la Prima Ballerina Assoluta. En el caso de la Revista Casa se exhibió, el número 299, perteneciente al año 2020 que estuvo dedicado a Alicia Alonso tras su fallecimiento.

La casi centenaria vida física de la bailarina y sus años dedicados al ballet, le merecieron múltiples condecoraciones, ahora presentes, en homenaje, tras las vitrinas de la exposición. Más de un país latinoamericano tuvo a bien otorgarle el título Doctor Honoris Causa, así como abundan las Medallas otorgadas por estados del continente e instituciones del continente, incluido el Premio ALBA de las Artes y Letras recibido por la bailarina en el año 2012.

Para la Casa de las Américas, en donde Alicia Alonso fue, más que una visita honorable, miembro de la familia de colaboradores y guías fundadores de la institución; destaca la presencia de la Medalla Haydee Santamaría. La condecoración que le fue otorgada en el año 2005, de manos de Roberto Fernández Retamar, celebra la entrega y el mérito de la artista, figura cimera de la cultura latinoamericana y, a la vez da cuenta de la amistad que compartió con Haydee.