Luego de una intensa semana, esta tarde fueron entregados los resultados de la edición 64 del Premio Literario Casa de las Américas. Después de seleccionar entre más de mil textos presentados en las cuatro categorías —Novela, Ensayo de tema artístico-literario, Literatura para niños y jóvenes y Teatro—, el jurado decidió premiar a las siguientes obras:

Buenos Aires, fin de otoño, de Guillermo Adrián Paniaga (Argentina), resultó ganadora en la categoría Novela por tratarse de «un notable entramado narrativo en donde resuena en la vida de cada personaje la complejidad de una época y de la vida política de Argentina en los Años 50». Argumentaron Fabrizio Mejía Madrid (México), Hernán Ronsino (Argentina) y Lourdes de Armas (Cuba), jurados de esta categoría.

Asimismo, en el género merecieron menciones los libros Las noches de Cantalao, de Nieves Cárdenas López (Cuba), y Ninjas de piñata, de José Llambías (Argentina).

El premio de Ensayo de tema artístico-literario fue para Hace tiempo que caminas. El testimonio andino de la violencia política en el Perú, de Betina Sandra Campuzano (Argentina).

Sobre el texto, el jurado, integrado por Arturo Arias (Guatemala), Liliana Bellone (Argentina), y Leonardo Sarría (Cuba), comunicó que «se trata de un repaso de las matrices críticas del género testimonio, del archivo y del repertorio icónico, de impresionante solidez teórica».

Por otra parte, las menciones fueron para Utopías coloniales. Polémicas de los cronistas Las Casas y Fernández de Oviedo por el Nuevo Mundo, de Vanina María Teglia (Argentina); No por no ver no veo. Poéticas del ojo en la literatura hispánica del siglo XXI escrita por mujeres, de Marta Pascua Canelo (España) y La Muerte Blanqueada. Breve Atlas Mnemosyne sobre las formas de domesticar y ocultar la muerte en Colombia (1730-1937), de Nicolás Martínez Bejarano (Colombia).

En Literatura para niños y jóvenes el lauro fue para El latido de los días, de Mario Carrasco Teja (México). Según el jurado —Ricardo Fernandes (Brasil), Geraldine de Santis (República Dominicana) y Liuba María Hevia (Cuba)—, se trata de una «obra que reivindica la fuerza de la brevedad, promueve valores universales a través de lo regional y posee una voz única para relatar historias que encienden la chispa de la inteligencia y la curiosidad en sus lectores».

Como menciones, fueron reconocidas las obras ¡Aquí dentro de la manzana!, de María Victoria Ramos (Argentina) y El niño del faro, de Jorge Accame y Julio Accame (Argentina).

La obra La piel de la tierra, de Marina Jurberg (Argentina) triunfó en la categoría Teatro. El jurado, integrado por Carlos Arroyo (Venezuela), Carlos Satizábal (Colombia) y Fernando Hechavarría (Cuba), expresó que «sus personajes nos presentan en sus momentos y sus situaciones las posibilidades vitales y necesarias de su montaje escénico, de traerlas de su palabra poética dramatúrgica a la vida poética del teatro».

Recibieron menciones las obras Danzón, de Ulises Rodríguez Febles (Cuba), e Hilados y tejidos, de Marcelo Romero Hernández (México).

En un segundo momento de la noche, el trovador Diego Gutiérrez y el pianista Rodrigo García Ameneiro regalaron un compendio de canciones con obras propias y clásicas del género. Un concierto que reconoció a Casa de las Américas como el útero del Movimiento de la Nueva Trova y sirvió como felicitación en la víspera del cumpleaños 65 de la institución.