Al hablar sobre la migración cubana hacia los Estados Unidos la Doctora Susan Eckstein, de la Escuela Pardee de Estudios Globales y el Departamento de Sociología de la Universidad de Boston, destacó la excepcionalidad y privilegios en el tratamiento que los cubanos han recibido por parte de las autoridades y el gobierno de ese país por años, en relación con otros grupos de inmigrantes, lo que subraya la intencionalidad política tan marcada de los mecanismos establecidos.

La afirmación, sus argumentos, con cifras y comparaciones, queda recogida en el texto Cuban Privilege: The making of inmigrant inequality in America, presentado en conferencia, por la autora, en la Casa de las Américas, como antecedente de las acciones que realizará la institución para festejar los 15 años de su Programa de Estudios sobre Latinos en los Estados Unidos, el año próximo.

Susan Eckstein ha tenido una exhaustiva labor en torno al análisis y transgresión de las políticas migratorias en las fronteras; y también ha dedicado en los últimos años un trabajo sistemático al análisis de la Revolución cubana, su impacto y el arribo de cubanos a la nación norteña.

Como resultado de sus investigaciones, en este libro, la prestigiosa académica rastrea la política de inmigración con fines de política exterior y legislaciones del Congreso norteamericano, para favorecer la entrada de refugiados o asilados cubanos a ese país.

En el año 1965 el gobierno de aquel entonces establece una reforma significativa, la cual introduce un sistema de preferencias que tenía varias categorías de admisión, basadas principalmente en los lazos familiares, las aptitudes y el dinero, comentó Eckstein.

Con el tiempo los privilegios frente a inmigrantes de otras nacionalidades han consistido, primero en la facilitación de las llegadas, luego, la adquisición del estatus de residente permanente legal, la asistencia o ayuda estatal; y posteriormente con la adquisición de la ciudadanía, el derecho al voto.

Que los cubanos resultasen y continúen siendo privilegiados durante décadas, puede verse también en la evolución de los derechos y beneficios con respecto, por ejemplo, al reasentamiento, la transferencia de efectivo, el acceso a la atención médica, las opciones de trabajo, algunas de las cuales constituyen ventajas para quienes deciden y logran llegar al país del norte.

Una sucesión de presidentes y congresos estadounidenses fueron renovando y ampliando estas ventajas, con leyes, por ejemplo, como la de Ajuste Cubano, programas de Parole humanitario, de reunificación familiar, acrecentando las posibilidades de que miles de cubanos y cubanas llegaran al país, en periodos distintos de la historia.

De esta forma, hoy existen un millón 300 mil cubanos en los Estados Unidos que nacieron en Cuba y otro millón, de origen cubano que nacieron allá. La mayoría radican en el estado de La Florida.

El año fiscal 2022 constituyó el de mayores llegadas no autorizadas de cubanos a los Estados Unidos, en una cifra que superó las 220 mil personas; siendo incluso mayor que la sumatoria de las entradas a ese territorio durante la Crisis del Mariel y la de los Balseros, en las décadas del 80 y 90 del pasado siglo. En lo que va de 2023, los números ascienden a más de 170 mil.

La catedrática también se refirió a los esfuerzos recientes para revocar algunos de estos beneficios, cuando en 2017, durante la última semana de la presidencia de Barack Obama este puso fin a los derechos de los cubanos migrantes; con lo cual, un cubano que llegara al territorio americano sin autorización se convertía en un inmigrante como cualquier otro. También finalizó el programa de libertad condicional para profesionales médicos que había implantado Bush.

Con la entrada de Donald Trump al poder, es notorio el recorte de entradas legales al país, con el incumplimiento del acuerdo bilateral de admitir un mínimo de 20 mil cubanos al año, la suspensión de la tramitación de visados en La Habana y el cese del Programa de Reunificación Familiar.

Y lo que ha sucedido bajo el mandato de Joe Biden es significativo, al decir de Susan Eckstein, ya que aumentó 16 veces más en dos años, la llegada de cubanos a la frontera reclamando asilo.

Según comentó la profesora esta última oleada se debe sobre todo al aumento de las sanciones de Trump a la Isla, los efectos de la pandemia de Covid-19, el colapso del turismo, la escasez, la inflación, y los problemas económicos y sociales que actualmente afectan a la población.

Por último, la investigadora afirmó que en más de 60 años los cubanos obtuvieron derechos únicos que los ayudaron de igual forma a contribuir a los Estados Unidos económica, política y culturalmente, en especial los residentes en Miami; y aquellos con vínculos transnacionales y los que siguen llegando desafían las barreras migratorias para convencer al gobierno de concederles prerrogativas.