Durante las pasadas jornadas del Coloquio Internacional 30 años de estudios de la mujer, feminismos y movimientos de mujeres en América Latina y el Caribe, la creación audiovisual y cinematográfica latinoamericana se abordó en más de una ocasión. Desde diferentes perspectivas e intencionalidades fueron analizadas propuestas fílmicas vinculadas a temas de género o representativas de problemáticas en las que la acción femenina resulta el eje central.
Como ejemplo del cine latinoamericano que busca exponer las vivencias indígenas frente a la expansión capitalista e industrial de Occidente, el filme Hija de la laguna, (2015) del director Ernesto Cabellos Damián, aborda las circunstancias de mujeres activistas representantes de comunidades originarias. La voz de Nélida, la hija de la laguna, se constituye como una experiencia colectiva en la lucha por proteger los derechos de su tierra. De acuerdo con la investigadora Jan Mennell (Queen´s University) el filme busca el discurso directo con el espectador, a modo de documental evade las mediaciones narrativas y exhibe los testimonios protagonizados por mujeres de diferentes cosmovisiones en el debate alrededor del extractivismo minero, las leyes intervencionistas y las posibilidades de resistencia de las comunidades originarias.
Por otra parte, Norma Lojero Vega, investigadora de la Universidad Autónoma de México, en su conferencia «La disolución del yo: identidad fragmentada en Los perros de Dios de Josefina Vicens» comentó los mecanismos de construcción narrativa utilizados por la cineasta mexicana para abordar la identidad de sus personajes. Como explicó Lojero Vega, en la película Los perros de Dios (1973), merecedora del Premio Ariel al Mejor Guion cinematográfico, Vicens enfrenta a Laura —su protagonista— consigo misma y la disfraza de otras yo, «mujeres fragmentadas que se buscan hasta disolverse en ser nadie». La necesidad de trasgredir las clases sociales, la moral, la religión, la muerte y los roles de género presente en la trama permite dialogar a la luz de las violencias experimentadas por las féminas en las últimas décadas.
Igualmente, resultó interesante la conferencia impartida por el profesor Pedro R. Noa Romero de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, dedicada a la creación audiovisual producida por niñas y adolescentes. Con el título «Miradas femeninas bisoñas en el audiovisual cubano», el investigador abordó la experiencia de las jóvenes realizadoras cuyos trabajos forman parte del «cine sumergido cubano», que busca alejarse de las intenciones y temáticas institucionales.
Esta producción —explicó Noa Romero— ha aportado un espectro de temas y formas de representarlos diferentes al punto de vista adulto, lo cual constituye el aporte más importante de dicho movimiento creativo. Con edades entre 12 y 17 años como Melanie Rodríguez, realizadora de los audiovisuales Sueños y Para ser felices, o Lucía Travieso Herrera, quien analiza el embarazo precoz como tema urgente en su audiovisual No es juego; las autoras demuestran una profunda capacidad crítica y resolutiva frente a problemáticas como la violencia en las relaciones adolescentes en ámbitos escolares y la degradación del ecosistema. Se insertan en una comunidad cada vez más amplia de infantes y adolescentes que dialogan con los medios digitales como sello de su generación, a la vez que construyen relatos comunitarios desde Cuba en intercambio con el impulso creador latinoamericano.
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