El pasado viernes 24 de noviembre inauguramos en la Galería Latinoamericana de la Casa de las Américas la exposición El cuerpo, los territorios, la(s) lucha(s) (1973-2023) como parte de las acciones desplegadas con motivo del aniversario 50 del golpe militar en Chile, que derrocó al gobierno socialista presidido por Salvador Allende. Casi la totalidad de las obras y artistas incluidos en la muestra formaron parte de las dos primeras ediciones del Encuentro de Plástica Latinoamericana, realizadas en Casa de las Américas en los años 1972 y 1973. Las piezas se mueven entre el arte contemporáneo, el arte popular y el diseño gráfico. La exposición evidencia los lazos de solidaridad entre los distintos países latinoamericanos, en un momento donde los movimientos sociales de izquierda estaban siendo truncados por cuerpos represivos militares. Algunos de los temas más representados son la violencia, las persecuciones, la dictadura y las muertes. A partir de esta atmósfera de terror imperante en el cono Sur, surge una intelectualidad resiliente que desde adentro y también en condiciones de exilio se dedicó a denunciar esta reiterada violación de los derechos humanos, que acontecía con total impunidad.
Entre los artistas seleccionados para la exposición, podemos mencionar a Liliana Porter (Argentina), Luis Felipe Noé (Argentina), Sérvulo Esmeraldo (Brasil), Guillermo Núñez (Chile), Régulo Pérez (Venezuela), Roberto Matta (Chile), Diego Arango (Colombia), Nirma Zárate (Colombia), Silvano Lora (República Dominicana), Arnold Belkin (México), Gracia Barrios (Chile), Fayad Jamís (Cuba), Teresa Morán (México), Pedro Alcántara (Colombia), Umberto Giangrandi (Colombia), Roser Bru (Chile), Tilsa Tsuchiya (Perú), Ricardo Carpani (Argentina), Raúl Rodríguez Porcel (Panamá) y René Portocarrero (Cuba). Por los ojos de los asistentes desfilaron tanques de guerra, cuerpos torturados, uniformes militares, rostros velados, dioses indiferentes, fusilamientos, mordazas y vientres vacíos.
La exposición marca el cierre de un proceso de investigación que comenzó en el año 2022. Su curadora, Nahela Hechavarría, remarcó la necesidad de revisitar la década del 70 por todo lo que significó para América Latina, y desde la distancia de esas memorias reflexionar sobre el rol del artista en momentos convulsos y el papel del arte como la expresión más lúcida de denuncia social. Tres semanas después del golpe de estado de Chile, la Casa de las Américas emitió una Declaración de Solidaridad donde expresaba su apoyo a la nación hermana chilena. Una vez más, la Casa se convertía en un epicentro de resistencia y propicia el debate sobre el futuro del arte latinoamericano.
En una última reflexión sobre los nuevos retos a los que nos enfrentamos en el presente y su relación con las luchas del pasado, Nahela Hechavarría cerró su discurso acerca del objetivo de la exhibición con las siguientes palabras: “Cinco décadas para dirimir el alcance de la práctica artística como expresión de lo humano, de la fragilidad, pero también de la resistencia. Son otros tiempos, y quizás son nuevos los territorios a proteger, por los que luchar. Conquistar esos espacios, habitarlos con nuestros cuerpos, podría ser entonces la vía más veraz de alzar la voz, de ser, de actuar.”
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