«Muchas de nuestras historias culturales olvidan la presencia de las personas negras en las ciudades coloniales. Todo se reduce a contar las tradiciones, curiosidades y costumbres que se conservan hasta hoy, pero no mencionan a quienes lo hacían posible». De esta forma, Zuleica Romay Guerra inició la presentación de la antología digital Negros en las ciudades coloniales de las Américas: subversión, rebeldía, resiliencia, publicada por el Fondo Editorial Casa de las Américas.
En compañía del profesor e historiador cubano Félix Julio Alfonso, la directora del Programa de Estudios sobre Afroamérica explicó que el libro recoge las presentaciones realizadas durante el primer Coloquio Internacional que organizó en 2019 dicho programa.
En tres acápites, “La esclavitud y sus legados”, “Afrodescendencias” y “Religiones afroamericanas”, se reúnen trabajos de veinte autores de la región, en cuyos textos demuestran que muchos discursos son construidos desde omisión y el desconocimiento, y silencian una parte importante de la historia colonial de las Américas.
Los descendientes de africanos e indígenas hicieron crecer los entornos citadinos. Fueron responsables de casi todas las actividades que allí transcurrían: acarrear el agua, ofrecer los servicios, garantizar el transporte, asistir los partos y recibir a los recién nacidos, enterrar a los muertos, y todas las acciones que exige un ciclo vital humano para su desarrollo, reflexionó la coordinadora de la antología.
De acuerdo con la autora, el volumen tiene la virtud de hablar no solo de las rebeldías y resistencias intelectuales y espirituales, sino de los aportes culturales que se hicieron posible en las ciudades americanas.
Aunque no aparece publicado en esta nueva antología digital, el profesor Félix Julio se refirió a algunos hechos protagonizados por personas negras y mestizas en el contexto habanero del siglo XIX, donde múltiples identidades se pusieron en juego a través del discurso de los deportes, específicamente del béisbol.
Previo a la abolición de la esclavitud, la práctica del deporte estaba permitida solamente para la población blanca y la clase criolla dominante; sin embargo, hubo personas negras que practicaron pelota en las calles, ya que conocían sus reglas y poseían las destrezas físicas para arriesgarse a ejecutarlas, «y posteriormente se convirtieron en verdaderas figuras dentro del entramado competitivo».
Con lo cual no es de extrañar que, a solo diez días de abolir la esclavitud en Cuba, el 17 de octubre de 1886, dos equipos de béisbol organizados por negros se enfrentaran públicamente, o que, en el verano de 1887, estos y otros conjuntos atrajeran a miles de seguidores a los clubes de pelota más importantes del Vedado.
«Es así como a través de estas investigaciones he querido recuperar figuras del panteón de la cultura popular con sorprendentes historias de vida que durante mucho tiempo fueron estereotipadas», comentó el académico.
De igual forma señaló la urgencia de corregir errores que aparecen en los libros para la enseñanza de la historia en la Isla, sobre todo, en lo referido a las fechas de fundación de las primeras villas del país, eventos estrechamente ligados con la vida de los negros en el contexto colonial cubano.
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