«30 años de pensamiento e imagen» es la campaña que impulsa la revista Cauce para celebrar sus tres décadas de ardua labor desde la occidental provincia de Pinar del Río y sus casi cien números publicados.
Así trascendió este jueves 2 de octubre en la presentación de los números más recientes de la publicación, que tuvo lugar en la sala Manuel Galich de la Casa de las Américas. Ambos volúmenes están dedicados a la literatura latinoamericana, y su Consejo Editorial decidió invitar a Jorge Fornet Gil y Vivian Martínez Tabares, director de las revistas Casa de las Américas y Conjunto, respectivamente, a participar en la presentación, en un encuentro donde anfitriones e invitados dialogaron de forma amena.
El poeta Ulises Cala Roger, editor de Cauce, dio la bienvenida al espacio y reseñó estas tres décadas de labor, durante las cuales se han propuesto —sin perder el protagonismo de la ciudad que les acoge— salirse de los márgenes de la literatura y de la nación. De ahí que cuenten con números de temas tan diversos como el arte urbano en Cuba, la ciudad pinareña de Viñales, o el teatro en América Latina.
Por su parte, Jorge Fornet y Vivian Martínez agradecieron a los hermanos de Pinar del Río por la invitación a colaborar en ambos números y elogiaron el equilibrio logrado entre una altísima calidad editorial y una cuidada visualidad, característica que el Consejo Editorial de Cauce ha sabido llevar como bandera desde su fundación y que constituye uno de sus principales sellos.
Fornet resaltó que «una buena revista no es solo un cajón donde se hallan buenos trabajos y firmas de grandes nombres, sino también una dramaturgia que combina diversidad de voces», y aseguró que estos nuevos ejemplares cumplen con esa potencialidad, ofreciendo todo un tejido mínimo sobre la literatura latinoamericana, con culturas que son inabarcables por definición.
Martínez aprovechó la ocasión para promover la lectura de un interesante artículo de Fernando Montenegro, incluido en el segundo de estos números. En el texto, el autor comparte sus observaciones sobre la repercusión que tuvo la dolarización de la economía ecuatoriana en la literatura, y concluyó —o, al menos, esbozó un principio de conclusión— que el tema, a diferencia de otros asociados con la violencia o la corrupción, aún no había sido aún tratado en novelas o escritos, pues haber pasado de ver a los próceres de la moneda nacional a observar a los representantes del imperialismo en los billetes americanos representaba un trauma tan hondo y opaco que no solo cuesta hablar de él, sino que resulta arduo incluso tratar de entenderlo.
De modo que, como toda buena revista sobre la literatura latinoamericana y su irreverencia, artículos como el de Montenegro cautivarán a los lectores.
El encuentro celebró el esfuerzo y la constancia de quienes —contra toda dificultad— realizan un trabajo de gran valor para toda Cuba y logran mantener al público pinareño conectado con grandes maestros de las Artes Plásticas nacidos en su ciudad, como Pedro Pablo Oliva, Marcos González Llaver e Isaac Linares Guerra.

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