La Punta, Colón, Dragones, San Leopoldo, Los Sitios, Cayo Hueso, San Lázaro, Pueblo Nuevo y La Victoria, son los barrios socioculturales tradicionales que hoy reconocen los pobladores del municipio habanero de Centro Habana, más allá de que están agrupados en sólo cinco consejos populares: Colón (que agrupa a los barrios de Colón y La Punta), Cayo Hueso (Cayo Hueso y San Lázaro), Dragones (Dragones y San Leopoldo), Pueblo Nuevo (Pueblo Nuevo y La Victoria) y Los Sitios.
Para ese territorio, denominado Centro Habana desde que se creó la región o regional con ese nombre en 1963 y más tarde el municipio homónimo en 1976, el 10 de julio se considera como el Día del centrohabanero y la fecha da inicio a su Semana Municipal de la Cultura, éste año, como el anterior, con actividades virtuales en línea, a consecuencia de la pandemia de la Covid 19.
Se cumplen 465 años de la primera noticia histórica que consta documentalmente sobre este espacio capitalino. Fue el 10 de julio de 1555, en que, el corsario francés Jacques de Sores, desembarcó por la caleta de Juan Guillén y avanzó con rumbo este hacia la pequeña villa de San Cristóbal de La Habana, entonces distante unos dos kilómetros de manigua, del lugar del desembarco y unidos sólo por un angosto terraplén llamado “Camino de la Playa”.
Antes de esa fecha, no hay historia en lo que hoy llamamos Centro Habana, no se conoce de asentamientos aborígenes prehispánicos ni presencia de conquistadores y colonizadores españoles.
Con el decursar del tiempo, el espacio de Centro Habana quedó extramuros, o sea, fuera de las murallas de La Habana, que se construyeron precisamente después del ataque del corsario francés.
En la propia caleta de Juan Guillén, se construyó el torreón de San Lázaro, como parte del primer sistema defensivo de La Habana y en la actualidad, la pequeña fortaleza, constituye el símbolo municipal.
La caleta comenzó a llamarse de San Lázaro, por el torreón, y junto a ella surgiría un primitivo caserío de igual nombre, con una ermita para el culto de ese santo. Se construirían en el poblado, durante el siglo XVIII, el hospital antileproso y en el XIX, la Casa de Beneficienciay el Cementerio de Espada, éstos dos últimos, a instancias, respectivamente del capitán general Gerónimo Valdés y el Obispo de Espada y Landa.
La ermita de San Lázaro se trasladó para el poblado del Rincón, en las inmediaciones de la ciudad de Santiago de las Vegas pero se erigiría en el barrio, otra en culto a la Inmaculada María.
El Camino de la Playa, de la caleta seguiría hacia el oeste para unir el torreón de San Lázaro con el de Santa Dorotea de la Luna, en la desembocadura del río la Chorrera o Almendares y el espacio virgen, entre ambas fortalezas sería declarado como “Vedado” al paso de personas y animales por el cabildo habanero en 1665, como protección ante las incursiones marítimas de corsarios y piratas.
Pero al tiempo, se desarrollaban otros pequeños caseríos como el de La Guadalupe, a la vera de dos caminos reales de extramuros: el de San Antonio Chiquito y el de Vueltabajo. Este caserío, con una ermita erigida a esa virgen, estaba rodeado de “sitios de labranza”, o sea pequeñas parcelas de cultivo que a la postre, harían surgir otro caserío: Los Sitios.
La Guadalupe y Los Sitios se unirían con el creciente poblamiento de esa zona y una precaria urbanización. Una parte del Camino Real a San Antonio Chiquito daría lugar a la Calzada de San Luis Gonzaga, después llamada de la Reina y a un paseo campestre hacia el castillo del Príncipe y la Quinta de los Molinos que sería llamado Paseo de Tacón –por el capitán general Miguel de Tacón, que lo construyó- y después, de Carlos III, por el monarca ibérico.
El Camino Real a Vueltabajo, cuando se urbanizó con los barrios de Los Sitios, La Guadalupe y el Manglar, pasó a llamarse Calzada del Monte. A la vez, se construyó otra calzada, orientada de norte a sur, para unir a La Guadalupe, Los Sitios y el manglar con el caserío de San Lázaro; fue denominada Calzada de Gutiérrez o de la Beneficencia y después, de Belascoaín.
Cuando España declara la guerra a Inglaterra en apoyo a los colonos rebeldes de Norteamérica, se levantó rápidamente el barrio de los barracones, al oeste de las murallas y cuando la contienda concluyó, los barracones fueron habitados por civiles y se convirtió en el barrio de la Nueva Cárcel, por comenzar al oeste de la Real Cárcel Departamental de La Habana y ese fue el origen de los barrios actuales de La Punta y Colón.
Cuando se demuelen las murallas a partir de 1863, se urbaniza el área de trincheras conocida como el Glacis, se urbanizan definitivamente los barrios de extramuros y se empalman sus calles con las de intramuros.
Para mediados del siglo XX, ya las calles comerciales y de servicios principales de lo que fue Intramuros: Obispo, O´Reilly, Muralla, Oficios y Mercaderes dieron paso a redes mayores en el espacio extramural: Monte, Reina, San Rafael, Neptuno y Belascoaín y además, tres inmensas plazas de mercado de abasto: el Mercado Único de Abasto de La Habana, en Cuatro Caminos; la Plaza Carlos III y la Plaza del Vapor.
Tiendas por departamentos de renombre: Almacenes Ultra, La época, El Encanto, J vallés, Almacenes Inclán, Le Trianón, Fin de Siglo, Flogar, Roseland, La Filosofía, TentCents de Galiano, La Casa de los tres Kilos, Feito y Cabezón…
En el orden del arte y los espectáculos, esos barrios y esas calles se colmaron de salas cinematográficas, hizo época el teatro Alhambra y después, el América. Fue el callejón de Hamel, en Cayo Hueso, la cuna del feeling –género de la canción-, cada barrio contaba con su comparsa: La Sultana, las bolleras, los componedores de batea, el Dragón chino…
En Centro Habana, comenzó a hacer historia Radio Progreso y en este espacio radicaron las oficinas e imprentas de los principales periódicos y revistas del país. Cuna del grande de las letras José Lezama Lima. Sitio al que arribaron a vivir patriotas de raigambre como Salvador Cisneros Betancourt y Manuel Sanguily Garrittee intelectuales como Fernando Ortiz y Alejo Carpentier.
Ya entre 1840 y 1845, se construyó el Palacio Aldama, el mayor inmueble de extramuros en la etapa colonial y joya del neoclásico cubano y en la vigésima centuria se levantarían edificios valiosos como expresiones del Art Decó, el Art Nouveau y otros estilos como el edificio América, el de la Cuban Telephone Company, el de la Sociedad Económica de Amigos del País, la Iglesia de Reina y la de Infanta y Neptuno, el edifico del Gran templo Masónico y otros.
Centro de las acciones revolucionarias contra la tiranía de Gerardo Machado en las décadas del 20 y el 30 y de Sergio González López “El Curita” –patriota insigne del municipio-, Gerardo Abreu “Fontán” y los hermanos Ameijeiras Delgado, en la lucha contra la tiranía de Fulgencio Batista.
Centro Habana, centro del comercio y los servicios de la capital, tiene una rica historia política, social y artística así como un tesoro arquitectónico de gran valor, todo ello hoy se propone proteger con una propuesta de declaratoria para Monumento Nacional que hoy es objeto de análisis.
Habitantes desenfadados, desenvueltos, muy criollos y simpáticos. Síntesis de una mezcla interétnica interesante. En este espacio estuvo Kissi Kuaba, un asentamiento de africanos; el barrio de Campeche, de pobladores mayas yucatecos; La Pequeña Italia, de inmigrantes de la península itálica; el barrio chino de La Habana, del cual hoy existe su legado; el barrio árabe, recordado con una escultura peculiar en la intercepción de las calles Monte, Águila y Maloja. Cayo Hueso, fundado por obreros emigrados cubanos a La Florida que regresaron al finalizar la Guerra de Independencia. Pueblo Nuevo, barrio proletario e industrial. Colón, “zona de tolerancia” que sustituyó en ese rol a San Isidro hacia la década del 40.
De todo ello se nutre Centro Habana cuya idiosincrasia quedó plasmada en una expresión del cantante, músico y compositor centrohabanero Paulo Fernández Gallo “Paulito FG”: Centro Habana es pa´ gozar.
Deje un comentario