Desde una de las más conocidas intersecciones de La Habana hasta el ultramarino poblado de Casablanca, pasando por otras áreas no menos concurridas de la geografía capitalina, 14 mil habaneros disfrutaron de los espectáculos musicales que con motivo de la llegada de un nuevo año prestigiosas agrupaciones musicales de primera línea protagonizaron este lunes 25 de diciembre bajo los auspicios de las instituciones culturales de la Isla.

Escenarios diseñados para la ocasión en plazas y espacios públicos de los municipios Arroyo Naranjo, Regla, San Miguel del Padrón, La Lisa, Boyeros, Alamar, El Cotorro y Centro Habana se colmaron de asistentes —sin distinción de edades— que acudieron ante una convocatoria de calidad que desde la música tradicional, el jazz, el rock, el rap y la rumba, entre otros géneros, propuso una celebración en familia, entre amigos, desde la comunidad, y en armonía con las más auténticas expresiones de los ritmos nacionales.

Y ni la inoportuna lluvia que asomó poco antes de la medianoche pudo “aguar la fiesta”. Todas las agrupaciones previstas subieron a escena, ejecutaron y danzaron con energía, contagiaron con su sonoridad y legítima entrega.

Qué privilegio para la Cultura cubana, para este jolgorio popular, compartir la noche en Casablanca con Los Papines, agrupación rumbera ícono de esta “Isla de la música”, depositaria de los saberes más auténticos de esa expresión declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco el pasado 2016. En Los Papines confluyen tradición y juventud, generaciones enlazadas por un apellido que reverencia la cadencia de la percusión enérgica, la danza que contagia y hace mover los pies; porque la savia protectora de África y el Caribe están presentes en su ejecución escénica, en sus desplazamientos, en ese golpear-acariciar el instrumento al compás de los dictados de la naturaleza.

También en Casablanca, con la impresionante vista nocturna de la Bahía de La Habana como telón de fondo, se presentó la agrupación Mulata Son; mientras a esa misma hora, en el Reparto Eléctrico, Municipio Arroyo Naranjo, Ngrons y Odelkys Revé; Charly Mucharrima y la popular Karamba, en La Lisa; las orquestas Afroamérica e Isla Caribe, en la localidad de Boyeros; los rockeros de Vieja Escuela y la orquesta Aroma de Cuba, en la populosa Alamar; los raperos de Cuentas Claras compartiendo escenario con Maikel Dixán y Soneros de la Juventud, en el parque 9 de abril, en El Cotorro; Miel con Limón y Yoruba Andabo en el parque La Herradura, en San Miguel del Padrón y Suprema Ley y el Coro Folclórico en el Parque Trillo, de Centro Habana, convidaban a miles de pobladores de esas zonas de la ciudad a vivir una noche muy especial.

UNA ESQUINA PARA EL JOVEN JAZZ

Al filo de las 7 de la noche el portal del cine Yara, justo donde entroncan las arterias L y 23 en El Vedado, se transformó en enclave ideal para las notas jazzísticas de la jornada.

Daymé Arocena —quien por estos días cumple una intensa agenda que incluyó la presentación de su fonograma Cubafonía en el Teatro Mella—, ofreció a las más 300 personas congregadas allí su ya reconocido talento, acompañado de ese candor que la caracteriza y nos la hace cercana desde hace diez años, cuando debutara en el Festival JoJazz. Junto a ella, en el escenario dispuesto ante las puertas del cine, estuvo Frasis; y el auditorio, conocedor del género y seguidor de sus mejores exponentes en Cuba, disfrutó de la propuesta.

Jazz para todos, para los fieles y los transeúntes, para los iniciados y los curiosos. Jazz joven en el corazón de 23, tal vez una opción cultural que debiera retomarse más allá de estos cinco días ya marcados en el calendario: Portillito y Cauce (26), Michel Herrera y Alejandro Falcón (27), Carlos Miyares y su grupo (28) y la Jazz Band del Maestro Joaquín Betancourt (29).

A PRADO Y NEPTUNO…

Y si la noche prometía deslumbramientos y sorpresas, los habaneros también cumplieron sus expectativas en compañía de la más tradicional música cubana. Las orquestas Barbarito Diez y América se presentaron en un lugar emblemático para la memoria sonora de la nación: la esquina de Prado y Neptuno.

Señoreando uno de los extremos del Paseo del Prado, al amparo de las hermosas e iluminadas fachadas del Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso” y los hoteles Telégrafo, Inglaterra y Santa Isabel, justo al lado del Parque Central, en plena calle, se alzó el escenario donde estas dos formaciones musicales de larga data en nuestro panorama musical sedujeron a los presentes con música de siempre, de esa que no envejece y trasciende por su autenticidad y por ser expresión del espíritu de un pueblo.

Este lugar donde el son, el danzón, el cha cha chá y otros cadenciosos ritmos se reencuentran con su locación natural, acogerá en la noche del martes 26 a las orquestas Aragón y Enrique Jorrín.

(Noticia en desarrolllo)