Hace ya 60 años del estreno en La Habana de la cinta Cuba baila, del cineasta cubano Julio García Espinosa, con un guion a tres manos del propio Espinosa, Alfredo Guevara, presidente fundador del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), y el mexicano Manuel Barbachano Ponce.

Esta película de 81 minutos, pone al descubierto las grandes frustraciones de la pequeña burguesía cubana prerrevolucionaria, sus aspiraciones vacuas de parecerse a las familias de grandes ingresos, al imitar, que es la historia,   en copia caricaturesca, la sobrevalorada fiesta de 15 años, la que para los oligarcas era la presentación en sociedad de sus hijas adolescentes.

Algunas familias representantes de la pequeña burguesía en la isla cifraban las esperanzas del futuro de sus hijas en las puertas que pudiera abrir este tipo de celebración, de ahí que gastaran lo que tenían y lo que no, para lograr una buena impresión en los invitados, que debían ser de alcurnia.

En el tratamiento de esta trama, rayana en el absurdo, aunque basada en hechos reales, muchos han visto un espíritu post-neorrealista, teniendo en cuenta que de 1951 a 1953, Espinosa había estudiado en el Centro Sperimentale di Cinematografía de Roma, donde se graduó como director cinematográfico; a este aprendizaje, se adicionaba el talento y la aguda mirada del cineasta que supo captar, desde el distanciamiento objetivo, las contradicciones, superficialidades, aspiraciones truncas y poco sustento cultural de la clase social que protagoniza el filme.

La producción fue de José Fraga; la fotografía de Sergio Véjar; edición a cargo de Mario González, el sonido de Eugenio Vesa Figueras, la rica banda sonora está conformada por varias piezas de música popular cubana, y el guionista italiano Cesare Zavattini, se desempeñó comosupervisor literario.

El elenco estuvo encabezado por la primerísima actriz Raquel Revuelta, a la que acompañaron    Alfredo Perojo, Vivian Gude, y Humberto García Espinosa, entre otros.

Representantes de esta pequeña burguesía cubana, insustancial y éticamente ambigua, son Flora (Raquel Revuelta), que es modista y Ramón (Alfredo Perojo), funcionario, ambos, padres de la quinceañera Marcia. 

Flora, ambiciosa, posee un ansia desmedida por ascender socialmente, mientras que a su marido, no le atraen las confabulaciones políticas, pero, es tanto el afán de Flora que esta lo lleva a apoyar a un senador y a solicitar un anticipo para la dichosa fiesta de 15 años de Marcia, que, siendo la protagonista del suceso, solo le interesa el camarero de la bodega de la esquina.

Pero Flora trata de asegurar todos los detalles del baile, concediéndole gran importancia a la orquesta que lo animará, y es a partir de este elemento que el concepto de Cuba baila se muestra en toda su dimensión: la contraposición de los valses de los 15 con la música raigal cubana, los danzones y las congas, las melodías nacionales, que se adueñan de la película.  

Cuba baila, que comenzó a gestarse desde antes del triunfo de enero de 1959, significó un cambio de visión de la realidad, en cuanto al cine que se hacía anteriormente en Cuba, con una crítica social implícita que se  equiparaba con la ideología de la naciente Revolución.

Julio Garcia Espinosa (La Habana, 5 de septiembre de 1926-13 de abril de 2016), fundador del ICAIC y Premio Nacional de Cine del año 2004, es uno de los imprescindibles hacedores y pensadores del cine cubano y del papel que este debía desempeñar en el entramado cultural de la nación