Abela y los sesenta
Por Margarita González Lorente. Curadora MNBA.
Casi todos sabemos la importancia de este apellido, dentro de la plástica cubana. Abela Villareal, Abela Alonso y Abela Torrás, el que nos ocupa hoy, son artistas de renombre y de garantía dentro de la cultura cubana. El último, arriba hoy a sus sesenta años. Dueño de un amplio imaginario que tiene poesía, mezcla, sátira y mucho humor, al contemplar cada obra de Abela no podemos dejar de reflexionar….y sonreír.
Esta muestra no pretende ser una retrospectiva, no es el propósito, pero sí recoge varias etapas y facetas de la trayectoria artística del autor. Una primera parte presenta las obras hechas en madera, pues Abela tiene formación como grabador. El trabajo con el material, con referencias históricas y artísticas, se revelan con ingenio. Hay elementos de la cotidianeidad cubanas y de lo universal. Se continúa con una serie de obras de pintura, donde la relación con la publicidad y el diseño, algo de vital importancia para todo artista, se hacen evidentes. Con ese ingenio que tiene el creador para mezclar cosas, llaman la atención las piezas Drink Coca Cola, con ese rejuego entre fondo figura, con una imagen central de una mujer vestida de miliciana tomando la bebida que promueve y Café. A recogerlo, con remembranza a la obra de Raúl Martínez y sus famosos carteles.
La tercera etapa, nos muestra lo más reciente hecho por Abela, muy fresco, acabadas de pintar. Con base documental, basadas en fotografías históricas, estas pinturas con mayor formato, sucedieron luego de la etapa de la pandemia que todos enfrentamos. El recogimiento físico nos llevó a todo tipo de encierro. La recurrencia a las máscaras africanas, las bellas máscaras que son obras de arte, son usadas por el creador, para hacer constancia y referencia de ese momento, ese ciclo de la vida, que todos queremos olvidar. Los personajes, ubicados en contextos actuales, en escenarios de hoy día, aparecen ocultos tras su máscara, escondiendo el rostro de todo y de todos. Es muy atractiva la combinación que hace Abela de los elementos del antes y del hoy, escogiendo situaciones de la realidad cubana muy actuales. Si me pidieran dos palabras claves para definir la obra de Abela diría, mezcla y humor. Estas dos cosas están en todo su trabajo, con calidad y soltura.
La relación de Abela con la música, tal vez sea poco conocida. Esto evidentemente, le ha servido para crear toda su obra, una obra en constante cambio, armonía y movimiento, pero con un hilo conductor que lo identifica, que hace que reconozcamos desde lejos, la obra de este artista inquieto de pensamiento y de acción. Abela no se hace El Bobo, se adentra —y profundamente— en la maraña social con toda su sabiduría popular. Recurre a las citas históricas, a la parodia, a la historia del arte universal en toda su extensión. Todo lo usa, a todo le encuentra su matiz y está muy al tanto de las condicionantes del diario vivir. A fin de cuentas, acá estamos, acá esta Abela en su 60 cumpleaños, haciendo honor, a su ilustre apellido.
Deje un comentario