Soy asidua espectadora del programa ya mentado en el título, que ocupa un espacio estelar todos los martes al finalizar el Noticiero Nacional de la TVC; la autoría y realización se deben al cantautor Amaury Pérez Vidal, devenido ahora en excelente entrevistador.
Desde hace tiempo, deseaba escribir un corto comentario sobre dicho programa, como una televidente más, con la poca autoridad crítica que tal estatus puede concederme. Creo sinceramente que revelar y/o exaltar lo bueno siempre es positivo. “Honrar, honra”, sentenciaba con gran sabiduría y sentido de la necesidad social de la ética José Martí Pérez.
Para acercarme a un juicio crítico que posea alguna validez, he venido observando y analizando algunos parámetros, o invariables, del programa: la cuidada selección hecha por Amaury de las personalidades cubanas, significativas de algún aspecto de la cultura cubana; el detallado estudio previo de la persona y su obra, sobre el que se organiza y estructura la entrevista; el interrogatorio escrupuloso y delicado (también podría ser calificado de elegante) y la relación afectiva existente entre Amaury y su invitado, que siempre envuelve a la entrevista.
No me detendré demasiado en el ambiente que proyecta la presentación del citado programa: imagen evidente del orden y la funcionalidad de los estudios Abdala, de sus trabajadores, de la disciplina que reina allí y se transluce en la calidad de la imagen y del sonido (hay importantes emisiones televisivas nacionales donde el ruido ambiental dificulta la buena audición, al igual que la buena imagen).
No se debe olvidar, ni subvalorar, que en Cuba, “desde el Cabo de San Antonio hasta la Punta de Maisí” el nivel de instrucción promedio de la población es alto —ronda el 12º grado—, y que la televisión es uno de los medios de comunicación masiva al que accede una gran mayoría de la población, en espera de incrementar, complementar y actualizar su formación educacional.
Por otra parte, el porte de Amaury es siempre distinguido, agradable y respetuoso, así como su conducción del programa. Innegable es que su dominio de la escena y del escenario trasciende a su profesión actual; nos remite a un artista ya consagrado, quien, a su vez, procede de una familia (Amaury y Consuelito) igualmente vinculada con méritos al arte escénico.
Sobre las personalidades de la cultura cubana escogidas por Amaury para sus entrevistas, ni una sola puede ser cuestionada. A esto último, se une el dominio especial de la faceta histórica del arte donde cada uno o una se insertan y accionan, esto añade un valor testimonial a la entrevista.
Desde su experiencia individual muestran el interior de una industria cultural de gran influencia sobre la sociedad cubana, antes y después del parte aguas de 1959. Considero que las entrevistas son una fuente viva de la historia de la cultura cubana contemporánea, justamente por el rigor de su preparación por parte del entrevistador.
Sin embargo, ¿qué es lo que singulariza este programa y marca la diferencia? Opino que precisamente el abrazo final de Amaury es su sello; ese conmovedor abrazo de sincera amistad y admiración es la cálida y expresiva despedida, la más tradicional, entre las y los cubanos.
El abrazo amistoso posee un valor ético que califico, sin dudar, de “patrimonial” en el ámbito de la espiritualidad del cubano. El abrazo entre dos personas que se respetan, admiran, que desean que así sea comprendido ese gesto simbólico.
Reconocer el valor de otros y otras, el de un trabajo acumulado y concentrado —casi siempre con sacrificio—, en una buena obra, de cualquier índole, es un sentimiento y acto que infelizmente no abunda.
Todo lo mencionado —y lo omitido por discreción— disminuye los propósitos más humanos y humanistas de una cultura dada: servir de vía ancha y segura al desarrollo humano. Un mundo distinto, mejor que el vivimos hoy, no es posible sin subir un peldaño más en la ética y la moral que califica y marca la única diferencia posible de los individuos entre sí.
Reflexionemos sobre esta idea, solo por un minuto:
¿Qué hacemos por nuestra cultura, cómo contribuimos a su avance desde la actividad que cada cual protagonizamos, llámese artista, intelectual, educador/a, trabajador/a de cualquiera de las esferas económicas o políticas, científicas, y todas las que constituyen nuestra estructura económica y social en la actualidad?
Es debido a ello que destaco y felicito el abrazo de Amaury, trasmitido todos los martes para millones de espectadores, nacionales y foráneos, que se sientan con placer a ver, aprender y aprehender, lo cubano que se decanta, gota a gota, en Con dos que se quieran 2.
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