Acercamiento a un héroe negro: el mayor general del Ejército Libertador Jesús “Rabí” Sablón Moreno (1895-1898)


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En la Historia de Cuba hallamos numerosos ejemplos de heroicidad [1], tal característica se evidencia particularmente en el desarrollo de la lucha armada en nuestra gesta independentista (1868-1959). Sin lugar a dudas, los hechos de la vida del mayor general Jesús “Rabí” Sablón Moreno ilustrarán los conceptos antes expresados para mejor comprensión de los lectores.

Nació el 24 de junio de 1845, en Jiguaní, antiguo pueblo de indios fundado el 25 de enero de 1701 por Miguel Rodríguez, descendiente de aruacos de la villa de Bayamo: “como una reafirmación de la supervivencia perceptible y reconocida de la población indocubana, en el año final del siglo XVII (1700)… fue establecida la 
Comunidad de indios naturales de Jiguaní, quienes establecieron su poblado en el camino real que unía a Santiago de Cuba con Bayamo”. [2]

Tal hecho es muy importante, el doble sello de aborigen y africano negro, biológico y cultural, persiste en la población mestiza jiguanicera hasta hoy día inclusive –y es posible que no excluya la procedencia étnica de la personalidad histórica aquí tratada. [3] También, vale la pena señalar que Jiguaní, su terruño natal, nunca se alejó de la trayectoria vital del héroe, al contrario, es parte de la región (Valle del Cauto) donde se desenvolvieron sus principales acciones militares. Esto se podrá apreciar más adelante. [4]

Otro aspecto que singulariza al mayor general Sablón Moreno, es su apodo “Rabí”. Nos informa el Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba, (CEM, 2005:T. I, p. 431): “Fue más conocido por el apellido Rabí, sobrenombre con que se identificaba su padre.” ¿Qué significa rabí, palabra poco común o popular en el español de Cuba? [5] Tampoco es usual Sablón, el verdadero apellido paterno. Sería necesario despejar, en un estudio mayor, a través de la historia local, el significado de esos datos de identidad u origen familiar (genealógico) y étnico de Rabí. 

En cuanto a su identidad revolucionaria, carga los honores de haber sido combatiente en las tres guerras por la independencia de Cuba del siglo XIX, lo cual corrobora su firme convicción independentista, lealtad a la causa del pueblo mambí, y la extensa duración de su formación ideológica y militar. Esta última se forjó sólidamente bajo el mando, y la proximidad, de jefes revolucionarios tan destacados como Carlos Manuel de Céspedes del Castillo, Máximo Gómez Báez, Antonio Maceo y Grajales y, por largo tiempo, de Calixto García Íñiguez. 

Jesús “Rabí” se incorporó a la Guerra de los Diez Años muy tempranamente, el 13 de octubre de 1868, en Santa Rita, poblado de Jiguaní; fue soldado de la tropa de Donato Mármol. Su primer combate lo libró el 15 de octubre del mismo año en el ataque a Jiguaní, “y el 26 tomó parte en la carga al machete de Venta del Pino (Pinos de Baire), bajo el mando del mayor general. Máximo Gómez” (CE, 2005: T.I, 431); era entonces un joven de 23 años. Entre muchas otras acciones en esta guerra protagonizadas por Jesús Rabí,  he seleccionado y me referiré a las siguientes 

Una vez que fue nombrado capitán del Ejército Libertador (EL), se desempeñó como jefe de la escolta del presidente Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo (CEM, 2005: T. I, 431). Recibió su primera herida de guerra el 29.6.1872, en el combate de Rejondón de Báguanos (Báguanos) a unos 27 km al SE de Holguín, cuando fuerzas del EL bajo el mando del brigadier Manuel Calvar y del coronel Antonio Maceo defendieron, en aquel sitio, el campamento mambí contra el ataque de una fuerza española de 400 hombres. Allí, se hallaba pernoctando el Presidente Céspedes “por indicación precisa del mayor general Calixto García Íñiguez”; el encuentro favoreció a los mambises, que además de sufrir pocas bajas, lograron un sustancioso botín   (CEM, 2005: T. II, p. 505).

Después que fue destituido el presidente Céspedes (1873), peleó bajo las órdenes del mayor general Calixto García Íñiguez. El 5.1.1874 fue ascendido a comandante (29 años) y nombrado jefe del Batallón1 del Regimiento de Jiguaní.

En la acción de San Antonio de Baja,  ocurrida el 6.9.1874, Calixto fue apresado por los españoles, y herido de bala por su propia mano (hizo un intento de suicidio ante su inminente captura). Sablón se mantuvo combatiendo intensamente, junto al pequeño grupo de mambises que había escoltado al valeroso jefe cubano hasta allí, pero, muy a su pesar, ninguno pudo impedir que cayera en manos del enemigo. 

Es sabido que Calixto García Íñiguez se salvó y recuperó del tiro en la frente en hospitales españoles, y que, posteriormente, fue enviado a las prisiones de Pamplona y Alicante, en España, donde permaneció hasta después de firmado el Pacto del Zanjón (10.2.1878). 

Añadiré que, según el Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba, reiteradamente citado, Jesús Rabí: “Aunque brindó su apoyo a la sedición de Lagunas de Varona (26.4.1875), cinco días después se lo retiró. Participó en la Protesta de Baraguá. En este lugar, el 17.3.1878 el gobierno provisional del Mayor General Manuel de Jesús Calvar lo ascendió a Teniente Coronel  (33 años) y lo destinó a la región de Jiguaní. Capituló el 14.6.1878” (CEM 2005: T.I, 431).

Evidentemente, nuestro héroe terminada la guerra volvió a su tierra natal, pues, allá se encontraba cuando Calixto García convocó a la Guerra Chiquita, y de nuevo Rabí se lanzó a la manigua insurrecta, en Jiguaní, el 5 de octubre de 1879, contando 39 años de edad. Fracasado este  intento de liberar a Cuba, regresa a su hogar. Once años después, en 1890, insiste en sus propósitos insurreccionales y se alía a los conspiradores del frustrado Plan de Manganeso. Este plan fue criticado por José Martí y Pérez debido a que era un levantamiento extemporáneo, aislado, frente a las labores organizativas insurrectas que el Apóstol había emprendido desde los Estados Unidos de América. 

La Guerra de Independencia, o del 95, lo encontró dispuesto: acude de inmediato a Las Yeguas, cerca de Jiguaní, el mismo 24 de febrero de 1895; en breve tiempo reunió y tomó el mando de los alzados de Baire y Jiguaní, ellos le reconocieron como jefe natural. Había cumplido 50 años, pero, igualmente, era un soldado perseverante, cabal, que conservaba intacto su antiguo compromiso con la liberación total de Cuba. Unió sus fuerzas a las tropas del general Antonio Maceo y Grajales en el mes de abril, y combatió en Los Negros y Jobito.  

Fue ascendido a general de Brigada el 24 de mayo de 1895, y en funciones, participó en las acciones de Peralejo, El Cacao (10.8.1895, donde fue herido por un proyectil que le atravesó el omóplato) y Palo Picado. Permaneció peleando en tierras orientales mientras se llevaba a cabo la Invasión a Occidente (30.11.1895-22.01.1896), al frente de la misma se encontraban dos de sus maestros, veteranos guerreros: los Mayores Generales Máximo Gómez Báez (General en Jefe o el Generalísimo) y el Lugarteniente general Antonio Maceo y Grajales.       

En octubre de 1895, el general Jesús Rabí asumió interinamente la jefatura del Cuerpo 2 del ejército oriental; en este mando fue ratificado y designado oficialmente el 7 de mayo de 1896. Para esta última fecha ya formaba parte del estado mayor de Calixto García.

El antiguo jefe y mentor de Rabí, Calixto García Íñiguez, desembarcó cerca de Baracoa el 24 de marzo de 1896, después de dos intentos fallidos de traslado hasta la costa cubana en diferentes expediciones navales. García se hizo cargo de la jefatura del Departamento oriental en mayo de 1896, aunque su nombramiento oficial estaba fechado el 24.4.1896.  

En el combate de Loma del Hierro, nombre de la fortaleza ubicada cerca de la ciudad de Holguín -atacada eficazmente por la artillería cubana el 21.8.1896, bajo el mando del mayor general Calixto García- el general Jesús Rabí tuvo a su cargo la toma de la citada fortaleza, orden cumplida con éxito. Esta acción, a la cual se adicionaron las de Guáimaro, La Marina y Lugones, le acreditó el ascenso a mayor general del Ejercito Libertador (tenía 51 años de edad), otorgado por el Consejo de Gobierno el 16.12. 1896, reconociéndole la antigüedad, justamente, con la misma fecha del combate de Loma del Hierro.  

El inicio de la Campaña de Calixto García en Oriente, a fines de octubre de 1896, marcó el futuro glorioso de la guerra en esa región cubana. El historiador militar Francisco Pérez Guzmán, sintetiza los elementos claves del plan elaborado. Desde la zona del valle del Cauto (abarcaba Bayamo, Manzanillo, Las Tunas, Palma Soriano, Holguín y Niquero) puso en ejecución su plan estratégico que se basaba en los siguientes objetivos: desgastar al enemigo primero para ir ocupando después las principales ciudades y pueblos hasta lograr la liberación total del territorio. Para ello se proponía atacar los convoyes, asaltar las columnas que operaban en la zona y asediar las principales plazas fuertes del enemigo. (IHC 1996:508-509)

El mayor general Jesús Rabí y su tropa contribuyeron a la realización del plan en la práctica. Por ejemplo, tomaron parte, junto a otras fuerzas mambisas, en los ataques al convoy del general Nicolás Rey (16-17.12.1896) que iba de Manzanillo a Bayamo, con 165 carretas defendidas por 2, 450 soldados. En la sabana de Tuabeque el día 17 se efectuó la acción final, a favor de los mambises de Rabí. Si bien no pudieron apoderarse del convoy, en dos días de combates causaron alrededor de mil bajas, entre ellas 357 muertos a los españoles, y demoraron por varios días el abastecimiento de la ciudad de Bayamo.  El duro y prolongado ataque influyó en los jefes españoles para implantar el cambio de las rutas y los medios de transporte destinados al abastecimiento a los pueblos de la zona  (IHC 1996: 510).

Días antes, el 7.12.1896, el mayor general Antonio Maceo y Grajales había caído en combate, en San Pedro, al oeste de La Habana, por lo que Calixto García asumió el cargo y las funciones de Lugarteniente general, hasta el 13.9.1898, fecha en la que el Consejo de Gobierno lo destituyó del cargo de lugarteniente general del EL por considerar que había dejado de merecer su confianza.

En relación con el asedio y toma de ciudades y poblados, plazas fuertes españolas: el mayor general Rabí combatió en Jiguaní (12.3.1897) y Baire ((22.3.1897) y participó en la toma de Las Tunas (28 al 30.8.1897) y de Guisa (28.11.1897), entre otras acciones que cumplió  durante ese año. Fue el 1897 tan positivo para las tropas mambisas en la provincia de Oriente - creada con este rango a partir de la nueva División territorial (española) de la Isla de Cuba en1878- que el doctor Pérez Guzmán, al presentar una carta de Calixto García al Secretario de la Guerra cubano, el 24 de abril de 1898, afirma “se evidencia que el triunfo total del Ejército Libertador es solo cuestión de días” (IHC 1996:514). Expresa la carta en su primer párrafo: 

“Ayer 23, el general Saturnino Lora y el mayor general Jesús Rabí, ocuparon la villa de Jiguaní, abandonada por el enemigo bajo el fuego de nuestras fuerzas; hoy ordené al general Rabí ocupar el poblado de Santa Rita.” Prosigue García dando cuenta de sus órdenes a sus oficiales para que marchen sobre distintos poblados y ciudades orientales y si no hay resistencia ocupen estos: Bayamo, Cauto Embarcadero, Palma Soriano, San Germán (jurisdicción de Holguín).  “Ordeno concentración del primero y segundo Cuerpos (del Depto. Oriental) para marchar sobre Santiago, Holguín y Manzanillo,”

Aunque se avizoraba un posible desenlace, que se concretaría a corto plazo, en los próximos  meses o días: la declaración de guerra a España por parte del gobierno de los EE. UU., y su intervención militar en el destino de Cuba.  Estaba sin definir claramente cuál sería la relación que las fuerzas estadounidense establecerían con el Consejo de Gobierno y el Ejército Libertador cubanos. 

En medio de esa volátil situación, que evolucionaba con celeridad, el mayor general Rabí fue nombrado segundo jefe de la agrupación de tropas destinada a la Campaña de Santiago de Cuba; esta última la dirigió el Lugarteniente general Calixto García Íñiguez. El 25 de junio se trasladó por mar a la playa de Siboney, adonde arribaron a la mañana siguiente. Así fue que se pudo garantizar el desembarco de las tropas estadounidenses en la Isla de Cuba. También, participó en los combates de El Caney y la Loma de San Juan. 

Finalizada la guerra hispano-cubana-americana, Jesús Rabí se negó a ocupar cargos públicos durante la primera ocupación militar americana (1898-1902). 

Una vez instaurada la República de Cuba (20 de mayo de 1902), aceptó un modesto trabajo en el Estado como Inspector de montes y minas. Por otro lado, Rabí encabezó y apoyó públicamente, junto a Agustín Cebreco Sánchez y otros altos oficiales mambises,  la solicitud de los Veteranos de la Guerra de Independencia a la máxima autoridad de la Iglesia Católica para la proclamación de la Virgen de la Caridad del Cobre,  o la Virgen mambisa, como Patrona de Cuba.   En 1916,  el papa Benedicto XV de  realizó la proclamación, y este hecho propició una mayor divulgación del mito religioso que lo sustentaba.  

El héroe negro había dedicado toda su vida a la causa de Cuba Libre. [6]  Vivía en la ciudad de Bayamo, cuando lo sorprendió la muerte a los 70 años de edad, el 5 de diciembre de 1915. –

Bibliografía mínima

Centro de Estudios Militares, MINFAR: Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba,   (Ed. Verde Olivo, 2001, tomos I-III)

José de J. Márquez: Diccionario Geográfico de la Isla de Cuba por José de J. Márquez (1875). Publicado, arreglado, anotad y con una introducción Joaquín Llaverías Jefe del Archivo Nacional  e individuo de número de la Academia de la Historia, Habana, Imp. Pérez Sierra y Co., Compostela 102-104,1926

Instituto de Historia de Cuba: Historia de Cuba: Las Luchas por la independencia nacional y las transformaciones estructurales 1868-1898, Editora Política, La Habana, 1996. 

José A. Matos Arévalo: “Devoción india y sincretismo en la Virgen de la Caridad” en: Pérez Cruz, Felipe de Jesús (Coord.), Los indoamericanos en Cuba Estudios abiertos al presente, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2014, p. 273

Notas

[1] Heroicidad: acción heroica, hazaña de valentía, hecho sobresaliente o gesta  propias de un héroe o de una heroína. (Valor ético)

[2] Leví Marrero: Cuba: Economía y Sociedad, Madrid, Ed. Playor, 1975, t. III, p. 23, citado por Liliam Padrón Reyes “San Pablo de Jiguaní un pueblo de indios”, en: Pérez Cruz, Felipe de Jesús (Coord.), Los indoamericanos en Cuba Estudios abiertos al presente, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2014, p. 270-271.

[3] En 2018 tuve el placer de ser presentada al Cacique de Jiguaní, en el evento II Taller de Indigenidad Cubana, en Cajobabo, municipio de Imías, Guantánamo.

[4] rabí: sacerdote en el judaísmo, equivalente a maestro o jefe espiritual de una comunidad. Sinónimo: rabino. 

[5] Jiguaní en 1875 fue descrito como “Tenencia de Gobierno Político y Comandancia de Armas, cuya cabecera es la villa de su nombre con 1,400 habitantes. Sus otros pueblos son: Baire Arriba y Santa Rita” (Diccionario Geográfico, 1926: 84),

[6] Héroe: Hombre que realiza hechos o gestas de valentía, virtud o capacidad sobresaliente para enfrentar el peligro y/o  la adversidad en bien de otros. 

 


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