Por sesenta y cinco años ininterrumpidos la televisión cubana se ha mantenido en operaciones.

Su etapa fundacional desarrolló el modelo de radiodifusión mercantil entre 1950-1958.

Entre 1959-1960, los medios de comunicación cubanos se transfirieron al Estado; se reconvirtió la estructura de propiedad de privada en gubernamental y sus objetivos comerciales se tornaron de servicio público.

Pese a la diferencia temporal ostensible entre ambos períodos, ambos integran una historia pletórica de tradición, continuidad, ruptura y modernidad.

Nuestra televisión comercial gestó descomunales estrategias de posicionamiento en el mercado televisivo-publicitario y de comunicación, que hicieron de ella uno de los sistemas más relevantes de Iberoamérica. Pero sería injusto afirmar que todos sus proyectos fueron estrictamente comerciales, pues en ella abundaron importantes empeños informativos, educativos y culturales.

En esas experiencias se sustentó la televisión pública estructurada desde 1960, que se comprometió a expandir la cobertura de la señal televisiva hacia la mayor parte de la población cubana. (1) En consecuencia, la programación se colmó de propuestas encaminadas a informar, formar, instruir, educar y expandir la cultura general hacia toda la población cubana. 

En este momento de recuento queremos rendir tributo a algunos de los proyectos de mayor longevidad en nuestra televisión, que nacieron a fines de los años cincuenta y se mantuvieron aproximadamente hasta los años ochenta del siglo XX.

Grandes Novelas

Siguiendo la tradición radial, diversos espacios de la televisión comercial adaptaron versiones de las más importantes obras de la novelística universal y cubana.

Desde los inicios de los años sesenta resurgió en el Canal 6 un espacio con ese título. La mayoría de sus obras las tradujo, adaptó, escribió y dirigió el actor y dramaturgo Roberto Garriga Agramonte (como obras de Hemingway y Las impuras, del cubano Miguel de Carrión) y la Cecilia Valdés, de Cirilo Villaverde, versionada y dirigida por Silvano Suárez. 

Detrás de la fachada

Comedia de situaciones de la vida cotidiana en un edificio, iniciada por escritores-directores como Marcos Behemaras, José Antonio Caíñas Sierra y José Carballido Rey.  

Escenario de conductores inolvidables como José Antonio Cepero Brito y Consuelo Vidal, y de famosos actores y actrices del patio.

Álbum Phillips, luego Álbum de Cuba

Interpreta lo mejor de la cancionística lírica tradicional. Adopta su último nombre desde 1961, cuando desaparecen los anuncios de la gestión mediática cubana. Entonces introdujo las entrevistas y reportajes sobre otras manifestaciones artísticas dentro y fuera de los foros televisivos pero finalmente retorna definitivamente a la lírica desde estudios o locaciones exteriores.

Esther Borja Lima ?meritoria soprano cubana? devino su conductora habitual. Cuca Rivero ?famosa directora de coros? su asesora, y músicos prestigiosos como Mario Romeu y Adolfo Guzmán le dieron su sello. 

Otros espacios nacieron en los años sesenta y se mantienen hasta nuestros días.

Noticiero Nacional de Televisión

Hasta 1960, la mayoría de las televisoras que competían en el sistema televisivo comercial cubano poseían su propio noticiero de aproximadamente quince minutos y su propia línea editorial.

La fusión de varias plantas, y la creación de cadenas televisivas de cobertura nacional y territorial pertenecientes al Estado, propició la creación de un noticiero de mayor extensión temporal y alcance geográfico en el horario vespertino que hoy tiene varias ediciones diarias. 

Palmas y Cañas

Desde 1962, proyecto insigne de la cultura campesina cubana. Integró los objetivos de las asociaciones de campesinos y la expansión de los ritmos, controversias poéticas, danzas, instrumentos, vestuarios y otras prácticas culturales afines a estas tradiciones de la campiña cubana.

Los más importantes cultores de estos géneros han transitado por él: decimistas como El Indio Naborí, Justo Vega y Adolfo Alfonso; animadores y cantantes como Ramón Veloz, Coralia Fernández, Celina González, El Jilguero y Radeúnda Lima; músicos como Eduardo Saborit y Miguel Ojeda.

Escriba y Lea

Un prestigioso panel de profesores universitarios usa un singular método deductivo para enseñar a todo un pueblo a identificar en cada una de sus ediciones un suceso, una obra, una personalidad histórica.

Entre sus fortalezas descuella el hecho de que la información analizada ha sido enviada, durante décadas, por los televidentes. Incluye un comentario sobre un libro publicado en Cuba e interpretaciones musicales.  

Historia del cine

Espacio cinematográfico que exhibe —desde hace cuarenta y tres años— clásicos universales. Se acompaña de un comentario analítico y crítico de las producciones, sus realizadores y sus intérpretes.  

La emisión continua de estos proyectos, semana tras semana durante decenios consecutivos, ha permitido a la Televisión cubana cumplir importantes objetivos informativos, educativos y culturales.

De no haberse producido y emitido desde la Cuba bloqueada por el imperio yanqui desde 1961, muchos de ellos ya estuvieran certificados entre los records mediáticos de la televisión continental.

En su lugar, toda la pléyade de hombres y mujeres talentosos que a ellos se volcaron, recibieron el cariño y el agradecimiento de las sucesivas generaciones de cubanos que los integraron a sus prácticas culturales cotidianas.

Su mayor premio fue inscribirse en el imaginario colectivo de toda una nación.

NOTAS:

(1) Recordemos que la televisión comercial hasta entonces, concentraba las televisoras en las capitales de provincias con mayor congregación poblacional que propiciaba el mayor consumo de productos publicitados en los programas.