Cuna de la humanidad. Fuente de tradiciones y estilos que se extendieron por casi todo el mundo. África, el continente negro, abandonado por casi todos y explotado por miles, no puede pasar invisible. Su cultura y su desarrollo también resaltan, por mucho que los grandes periódicos o negociantes de hoy se esmeren sólo en destacar la hambruna de su gente o la pobreza extrema.
“El mundo tendría que mirar a África con reverencia y vergüenza”, afirmó hace unos meses el ministro de cultura Abel Prieto, al valorar cuánto debe la humanidad a ese continente y recordar el saqueo de sus recursos naturales, la diáspora forzada de sus hijos, las secuelas del colonialismo y la imagen distorsionada que suelen difundir los medios hegemónicos.
Transcurrieron 54 años desde que se declarara el 25 de mayo como Día de África, a partir de la fundación de la Organización para la Unidad Africana en 1963.
Cierto es que todavía sobrevive la pobreza y el saqueo, pero también diversos gobiernos del continente orientan sus políticas hacia el beneficio social. En muchos aspectos África crece y debería ser compromiso de todos contribuir al auge de ese pedazo del mundo de donde venimos…Allí está nuestra génesis.
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