Al son de Lesbia en Galería Habana

Con la presencia del Ministro de Cultura, Alpidio Alonso, quedó inaugurada el vienes 8 de septiembre en Galería Habana, la exposición Son de la gubia y el taco, novedosa muestra que reúne 49 grabados de la artista de la plástica Lesbia Vent Dumois.

Y sigue asombrando la obra de la también Premio Nacional de Artes Plásticas 2019, sobre todo, por la vitalidad que logra imponerle en esta oportunidad gracias al concepto curatorial y la museografía que redimensionan y catapultan, junto a la magnífica impresión, grabados realizados por ella en distintos momentos –desde 1954 hasta el 2023— y que no habían sido impresos en la larga data de esta creadora de 90 años. Eran tacos conservados por ella sin imprimir. La curaduría corrió a cargo de ella y de Iris Gorostola.

Atrae el recorrido visual por las piezas en la infinitas motivaciones y pretextos, conforman un universo pocas veces posibles de fundir en un solo espacio, aquí armoniosamente enlazados. El tema de la mujer, el encierro hacia adentro, la recreación de espíritu, el cotidiano, el compromiso social y hasta el divertimento, confluyen en una lectura diversa, refrescante a la vista y los sentidos. A mi modo de ver se recoge una manera muy cubana de nuestro paisaje social, con un especial colorido emocional, ontológico, de los sentidos.

Aunque, por momentos pudiera verse inconexa la narrativa por el cúmulo de exaltaciones, no debemos darle taller, esta exposición está hecha para narrar a Lesbia, la mujer que se deleita con unas flores o naturaleza muerta y, también, la mujer del compromiso social.

La xilografía, antiquísima técnica del grabado en madera, es el medio que utiliza para expresarse. La mayoría de las obras son en blanco y negro, en las menos aparece el color,  y una instalación contribuye también a dar otra dimensión a este espectáculo visual. La figuración conforma la representación simbólica en la composición de los cuadros.

En algunos de ellos, objetos, animales y personas portan un aire cubista, de fina y marcada línea; en otros el trazo ha sido fuerte, la línea dura. Otros tienen evidente referencia expresionista; destacan también el trabajo con las sombras; combinación de dos grabados – uno a color y otro en blanco y negro— con diferentes temáticas en una sola pieza; incluso, hasta el collage, en fin, un banquete de posibilidades expresivas.

Ha querido también discursar Lesbia desde la palabra, la poesía. Un poema de Nicolás Guillén dedicado a la Virgen de la Caridad, es impreso en el cuadro adquiriendo la palabra valor visual, convirtiéndola en imagen pictórica, a la vez que imagen mental con su lectura. Un aparte para la historia y dos de sus hacedores: Martí y Fidel aparecen en dos de las obras.

 El canto de Eduardo Sosa y la recitación de Corina Mestre, complementaron la velada.