A ritmo de acordes, comenzó una página más de “El autor y su obra” este miércoles en la Biblioteca Provincial Rubén Martínez. Allí se dieron cita figuras importantes de la cultura cubana, intelectuales y escritores como: Juan Rodríguez Cabrera, presidente del Instituto Cubano del Libro, Alex Pausides vicepresidente de la Asociación de Escritores de la Uneac, Alberto Marrero, subdirector de la Oficina del Programa Martiano...

Pero la figura protagonista de la tarde fue Alberto Guerra Naranjo, a quien se le dedicara el panel, cuyo punto de convergencia fue siempre vislumbrar su quehacer como narrador, guionista cinematográfico y ensayista.

Miguel Terry Valdespino, periodista, escritor y dramaturgo, dio lectura a su texto “Alberto Guerra, la poesía y el gusto por las palabras”, evidencia del intelectual que amén de premios y reconocimientos, es poesía, porque sabe elegir sus palabras.

“Alberto Guerra no es típicamente un poeta, en el sentido clásico de la palabra, sin embargo, recuerdo que hace unos años, mientras fungíamos como miembros de un jurado de narrativa en un taller provincial en Bejucal, Alberto llamó a los jóvenes talleristas a entender que autores como Dostoievski, Flaubert, Albert Camus… eran además grandes poetas sin haber escrito un verso”, decía para explicar que Alberto posee también esa cualidad.

F.R. Fragela, narrador, evidenció su acercamiento al creador mediante un capítulo de su novela Los últimos serán los primeros. Tras una lectura apasionada, lo referencia cual profesor-guía de un taller literario, homenaje a una de las tantas gestiones que realiza Guerra. “Alberto es uno de los mejores escritores que hay en Cuba”, así, en superlativo, terminaba su presentación.

Ketty Blanco, joven poeta y narradora, conoció al escritor en Camagüey, en un encuentro de talleres literarios. Ella se presentaba como concursante y Alberto como jurado. En una ocasión, ambos hablaron de los espacios de lectura y las deliberaciones. Guerra, le preguntó incisivo si había leído sus cuentos; ella le respondió que no, que solo había leído clásicos… Pero el periplo de la muchacha para conocerlo como escritor se remonta al curso de técnicas narrativas que se imparte en el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso.

“Un día cuando mis compañeros de la Onelio mencionaron a Alberto Guerra como uno de los cuentistas imprescindibles y su libro Blasfemia del escriba, fue que me interesé, que noté su fuerza comparada con escritores de la talla de Ernest Hemingway, Virgilio Piñera, Carson McCullers, Raymond Carver…”, señala casi de memoria. No obstante, Ketty confiesa que no lo admira solo por su fuerza como escritor, sino por sus valores humanos: lee e imparte talleres en cárceles y tabaquerías. 

Marlón Duménigo, joven narrador de 31 años, nos comenta eufórico que llega al autor luego de ver su nombre repetido dos veces (1997 y 1999) en el libro Antología de Premios de La Gaceta de Cuba. Duménigo se impresionó con Los Heraldos Negros porque: “le permitió ver, tocar las calles de La Habana —que no conocía por vivir en Sancti Spíritus— mediante sus personajes”. También con el ejemplar La soledad del tiempo, novela que define como “sincera, pues evidencia las preocupaciones más profundas concernientes a los escritores del Período Especial en Cuba.

Por último, remarcó la posibilidad que brinda Alberto a los lectores jóvenes, quienes leen sus cuentos en su sitio web. Conjugado a ello, el papel que jugara como presidente de la Sección de Narrativa de la Asociación Hermanos Saíz y la Uneac. “Alberto va a los lugares donde están los jóvenes para leer su obra. Ellos se aglutinan, hacen silencio para escucharlo y luego lo aplauden”, así terminaba.

Por su parte, Pedro Pérez Rivero, investigador y ensayista, elogió su labor como docente en el Centro de Superación para la Cultura Félix Varela. “Él es un excelente profesor, de esos que son inolvidables…”

Cerraba una nueva página de “El autor y su obra” la intervención del reverenciado. Con su particular carisma y entre risas, se definía Alberto Guerra Naranjo como “un escritor que anda con escritores de a pie, que no cree en los premios…” Agradeció también su nacimiento como escritor a Juan Rulfo.

Próximamente este reconocido escritor de la narrativa cubana contemporánea escribirá otra página en España, tras obtener recién un premio Huelva. Allí, sin lugar a dudas, sabrá nuevamente elegir sus palabras.