Alejandro Padrón, de Bejucal en la provincia de Mayabeque, es uno de los 16 finalistas del San Remo Music Awards, que hasta el día 10 de abril acoge la capital cubana. Sabe perfectamente que este certamen es una oportunidad de oro para visibilizar su carrera como cantante, y según él, llevarle a la gente que lo escuche un poco de alegría y amor. “Es un escenario donde pueden ocurrir esas cosas que tanto anhelo”, confiesa en entrevista para el periódico Cubarte.
Precisamente, esta es la primera vez en que muchos de los participantes están en un escenario y se rodean de lo que más vale y brilla del talento musical en Cuba. Pero Alejandro ha sabido adueñarse de cada consejo, perfilar su estilo y sobre todo, “rodearse de gente que está luchando por sus sueños”.
Si preguntas por el resto de los concursantes, el joven intérprete está consciente que la aptitud sobra entre los finalistas del SRMA, y por consiguiente, el nivel de la competencia es muy alto. “Son todos cantantes muy talentosos, tanto los profesionales como los aficionados. La competencia está reñida, pero lo importante es que todos estamos luchando por arrebatar ese premio y hacer visible nuestra carrera”.
La preparación ha sido constante durante el evento de cara a las cuatro noches de competencia. Hace poco tuvieron un encuentro con la profesora Robertina Morales que les dio útiles consejos sobre la interpretación, cómo hacer suya determinada canción y ultimar los detalles para que una presentación salga con la calidad requerida.
El artista defenderá en el concurso Píntame, una canción de Jorgito Karamba con la que se sintió identificado desde la primera vez que la escuchó, cuando le dieron a escoger tres temas. “Vamos a echar lo que tengo por dentro y seguir con todo en la competencia”, asegura el joven músico.
Alejandro Padrón confiesa que nunca imaginó estar en un certamen como San Remo, aunque siempre veía los programas de este corte como Sonando en Cuba o La Banda Gigante. Y aunque no gane, del SRMA se lleva la experiencia de ser parte de algo más grande y presentarse en un escenario de la envergadura del Teatro Nacional. Se lleva también amigos y el placer de conocer a músicos con talento y renombre.
“Aunque el concurso es nacional, se trasmitirá para el mundo. Es una excelente oportunidad para visibilizar nuestras carreras y el talento musical que hay en Cuba y que necesita promoción. Cuba es una Isla de música”, refiere Padrón.
El finalista, aunque dedicó mucho tiempo de su vida al deporte, describe el placer que siente cuando canta y la tranquilidad que genera en él. La música es su medicina. “Produce cosas muy lindas, aún más cuando tienes el talento. Siempre lo tuve, pero nunca lo reconocí. Empecé a hacer música como un hobby hasta que se convirtió en parte de mi vida”.
La carrera de Alejandro Padrón está en ascenso, escalando peldaños, un paso a la vez. “Esto no se acaba aquí, hay que ir por más. Siempre se conoce gente que puede aportar a tu carrera. Estoy agarrándome de todo lo que pueda para seguir subiendo. Quiero seguir enamorando con mi voz y darle cosas lindas al público”.
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