Para Alejo Carpentier, representaba Fernando Collazo, una verdadera revelación. Lo conoció en Paris, Comenta que era inteligente y muy bien plantado y que interpretaba la música cubana, como debía interpretarse.
Una vez, el novelista escribió: “Su voz potente y bien timbrada no se perdía en alardes de virtuosismo estéril. Sabía ponerse al servicio de la verdadera tradición criolla” y agregaba el gran escritor: “Cuando decía ¡Por qué te pones tan bravo cuando te dicen Negro bembón ….era tal la expresión que el cantante sabía poner al interpretar, que arrancaba aclamaciones de entusiasmo a un público francés “. Alejo, lo consideraba un verdadero artista.
¿Quién era Fernando Collazo, que tanto le llamó la atención al gran novelista?
Era nativo de San Antonio de los Baños, y nació allá por 1902. Lamentablemente falleció muy joven, con solo 36 años, en octubre de 1939. Fue una personalidad de la Cultura Cubana, que fundó el Septeto Cuba, la segunda agrupación de este tipo que incorporaba el piano.y que también fundó y dirigió la orquesta Maravilla del Siglo. De esta manera, Fernando comenzó en un dúo, siguió con un septeto y llegó a dirigir una orquesta.
Antes de ello, muchas orquestas lo sintieron cantar y Fernando Collazo, al estrenarse en el año 1929 en Matanzas, el primer Danzonete "Rompiendo la rutina", fue el primero en cantarlo junto a la Orquesta Gris, en la Habana.
Fue Fernando Collazo, con su septeto, y la actriz Yolanda González, los que participaron en el primer corto musical del cine sonoro en Cuba, que lleva por título “Maraca y bongó.”.
Alejo, siempre muy vinculado al país, observó la reacción del público parisino ante la música cubana. El escritor como buen musicólogo, además, supo valorar en toda su dimensión, a aquel cantante cubano, sin dudas, sumamente estelar.
Había Alejo, salido deportado de Cuba, en 1928, junto a otros cubanos enfrentados a Gerardo Machado. Dicen que en la cárcel, escribió la primera versión de su novela ¡Ecue-Yamba-O!
Alejo Carpentier, logró salir, él mismo lo cuenta, gracias al poeta surrealista Robert Desnos que en representacion de La Razòn, de Buenos Aires, se encontraba en la Habana. Lo ayuda a embarcar en el buque España prestándole el pasaporte y las identificaciones. El tambièn poeta Mariano Brull, en aquel entonces funcionario de la Embajada de Cuba en Francia, le facilita el desembarco en Saint Nazaire.
En la capital francesa, estrenó su tragedia burlesca Yamba-O, cuando en ese mismo año en la Habana, se estrenaba una pieza sinfónica de Amadeo Roldán basado en un texto suyo.
Fue una etapa en la cual, el escritor, colaboró con muchas revistas de Paris, entre ellas “Musicalia”.
Es interesante que les diga, sobre todo a los más jóvenes, que el Danzonete se creó en Matanzas, por Aniceto Dìaz, compositor y director de Orquesta, alrededor del año 20, del pasado Siglo.
José Manuel Aniceto Díaz, fue uno de los más destacados creadores de música bailable, valioso flautista, compositor, director de orquesta y pedagogo matancero.
Le correspondió a este cubano, vincular los dos ritmos bailables más significativos de la música, el Son y el Danzón, en una nueva forma rítmica conocida como Danzonete.
El Danzonete, es una variante del danzón, se incorpora el cantante, con un estribillo utilizando el montuno del Son. En el Danzonete, el paso es más rápido que el del Danzón, sus movimientos en general son más ligeros.
Fernando Collazo, lo estrena y Paulina Alvarez, la cienfueguera, fue la primera mujer en popularizar el nuevo ritmo, conocida como la Emperatriz del Danzonete. Cuando pensamos en Fernando o en Paulina, no podemos olvidar los números “Rompiendo la Rutina”, “Echale Salsita” y “Capullito de Alelí”, entre otros
No conocí a Fernando Collazo, murió 4 años después que nací, pero conocí muy bien a Paulina, y bailé junto a su voz y delicioso ritmo. Falleció esta cantante en 1965.
En un artículo propiedad intelectual de Encuentro latino Radio, se señala lo siguiente:
“Viajó Fernando Collazo a España, en consorcio con el pianista Armando Valdés Torres. En París, Francia, conoció al pianista cubano René Izquierdo, con quien realizó disímiles presentaciones en esa ciudad.
Entre sus composiciones debemos mencionar sus boleros: Cubana, El beso diabólico y Margarita; en el género Danzonete se encuentran: Graciela, Igual que yo, Levántate, mujer, Mi corazón en tus pupilas y Mi último canto. Compuso también sones como: La campana y El príncipe marino”.
La Cultura Cubana, se nutre una vez más, con estas figuras que supieron dejar la más hermosa huella no solo en la Patria, sino en otros escenarios del mundo.
La década del 70, en plena Revolución Cubana, fue de gran Reconocimiento para Alejo Carpentier. El Premio Cervantes, bien se lo merecía. , el primer cubano en obtenerlo. Otros muchos premios llegaron a las manos del escritor. De no haberlo sorprendido la muerte, hubiera merecido el Premio Nobel.
Falleció en 1980, en París, la misma ciudad, en la que un día, sintió aplaudir a Fernando Collazo, como si los asistentes fueran sencillamente, cubanos.
Agradecida al Dr, Francisco Zamora Ubieta, amante de las ciencias, el arte y las letras, por su importante colaboración.
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