Alfonsina entre sus sueños
Fue una gran poetisa y escritora y sin dudas una gran mujer. Fue valiente y transgresora y no por gusto, hoy vocera de mujeres argentinas. Alfonsina Storni nació en Suiza en mayo de 1892 y posteriormente se nacionalizó argentina.
Buenos Aires es un hombre
que tiene grandes piernas
grandes los pies y las manos
y pequeña la cabeza
Igual que Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou fue maestra, pero en el caso de Alfonsina, de Letras y Teatro, de Lectura y declamación en la Escuela Normal del país hermano.
Desde muy niña, mostró su inquietud por las letras, incomprendida especialmente por su madre; escribía versos y según dicen a sus 24 años, los siguientes, que ponemos a su consideración:
La inquietud del rosal
El rosal en su inquieto modo de florecer
va quemando la savia que alimenta su ser.
¡Fijaos en las rosas que caen del rosal:
Tantas son que la planta morirá de este mal!
El rosal no es adulto y su vida impaciente
se consume al dar flores precipitadamente.
Un poco antes de haber escrito este poema, había tenido un hijo que logró criar como madre soltera y más aún, cuando quedó sola, después de la muerte de sus padres y en aquellos tiempos de fuertes luchas e incomprensiones que la agobiaron de manera muy particular.
En la medida que crecía su obra llena de poesía, tan fecunda en crónicas, cuentos y piezas teatrales, se va introduciendo en el universo literario de su época. Fue una colaboradora constante de periódicos y revistas y logró traspasar el romanticismo hacia un simbolismo espectacular hasta situarse a la vanguardia de su época. Nada de esto le fue perdonado, ¿cómo una mujer era capaz de conquistar la gloria, alcanzar reconocimientos y hasta amar?
El amor le resultó insatisfecho. - Quise amar y no pude,- exclamó un día.
Me consumo en mi fuego/Señor, piedad, piedad/ De amor me estoy muriendo/Pero no puedo amar/.
Una feminista muy adelantada, luchadora por los derechos de las mujeres, libre y altiva.
Hombre pequeñito, hombre pequeñito/ suelta…/….a tu canario que quiere volar…/ Yo soy el canario, hombre pequeñito,/Déjame saltar/.
Muchas cosas la dominan, ese mundo desgajado y machista que la rodea, la soledad minando su frente, el mar referente indetenible, la muerte siempre en acecho, son rasgos fundamentales de esa poesía alfonsina que desgarra y aprisiona.
Se me va de los dedos la caricia sin causa,
¡Se me va de los dedos … en el viento al pasar
La caricia que vaga sin destino ni objeto,
La caricia perdida ¿quién la recogerá?
De su obra se destacan los poemas El dulce daño, Languidez, un libro de 1820 (ganador de un premio), Momentos y otros.
Tú me quieres alba/me quieres de espumas, /me quieres de nácar…….
Tuvo una relación intensa con el conocido escritor Horacio Quiroga, el narrador entre sus obras del Cuento la Gallina degollada. y después, con el gran escritor Leopoldo Lugones. Los dos se suicidaron. Fueron golpes muy fuertes para ella...
Dicen que Gabriela Mistral estuvo en Buenos Aires y la conoció. Con Gabriela la chilena y Juana de Ibarbourou conversó Alfonsina Storni sobre sus creaciones. Esto fue en 1938, en Montevideo.
Había la Storni, viajado por Europa, ofrecido en España lecturas y conferencias. Ya había ganado premios y en 1927 se había dado a conocer en el teatro. Su vida fue una novela de emociones.
Un 25 de octubre se encuentra con la muerte, sea con el mar donde se interna o como de una escollera hacia el océano que la recibe. Un cáncer de mama la acerca a su final, muy triste y solitaria. Era 1938. Tenía solo 46 años. Su suicidio conmovió al mundo. Y aquella canción imposible de olvidar Alfonsina y el mar de Luna y Ramírez, interpretada por tantas voces del mundo. Aún resuenan en mis oídos las notas en la voz de Mercedes Sosa.
A final de su vida dejó escrito Alfonsina el siguiente poema:
Voy a dormir
Dientes de flores, cofia de rocío, /manos de hierbas, tú, nodriza fina, /tenme prestas las sábanas terrosas/y el edredón de musgos escardados/. Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame/Ponme una lámpara a la cabecera; /una constelación; la que te guste;/todas son buenas; bájala un poquito./
Déjame sola: oyes romper los brotes…./te acuna un pie celeste desde arriba/y un pájaro te traza unos compases/para que olvides….Gracias , Ah un encargo; / si él llama nuevamente por teléfono / le dices que no insista, que he salido…
Mujer sencilla como la conoció la Mistral, la primera escritora del Siglo que visitó Tertulias Literarias del Buenos Aires amado, una poetisa y mujer plena de angustias envuelta en las inmensas olas de Mar del Plata, que la condujeron con el abrazo del Mundo, a la Eternidad.
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