"Misión cumplida. Moneda tomada, presidente muerto", fue el breve mensaje enviado el 11 de septiembre de 1973 por militares golpistas al General Augusto Pinochet, en Chile, al frente de una sublevación que conmovió a esa nación sudamericana. Salvador Allende, el Presidente electo democráticamente por todos los chilenos dignos Murió combatiendo durante el asalto al Palacio Presidencial (La Moneda). Inmediatamente quedó conformada una Junta de Gobierno, al mando de elementos fascistas para dar inicio así a 17 años de dictadura militar.

Sobre ese oprobioso y, a la vez inolvidable hecho, trata Allende, la muerte de un Presidente, del escritor Rodolfo Quebleen, y puesta en escena del director Norberto Gonzalo, que el grupo argentino La Máscara, presentó en el reciente 16 Festival de Teatro de La Habana.

Durante una conferencia de prensa efectuada en nuestra Casa continental, la Casa de las Américas, representantes de tres grupos de las tablas latinoamericanas de la Argentina, Ecuador y Puerto Rico, dialogaron acerca de las motivaciones y peculiaridades de sus respectivas obras trasladadas a los escenarios de la Isla.

En el caso de la pieza argentina Allende, la muerte de… su director, Norberto Gonzalo destacó: “En la Argentina nos hacemos eco y respetamos a rajatabla las palabras de nuestros autores/ dramaturgos con el dicho de que sin autor no hay obra pero, a pesar de ello, el movimiento teatral latinoamericano —y el argentino en particular—, se nutre de todos los teatristas que cumplimos diferentes disciplinas dentro del derecho colectivo de hacer teatro. Llevar a escena un espectáculo unipersonal, no contradice en nada este axioma; consideramos que ningún espectáculo es unipersonal, sino que un espectáculo de un solo actor necesita y potencia el trabajo de un grupo, de un colectivo. El teatro en sí es un hecho colectivo y, en este caso, se transmite a partir de un personaje que interpreta un solo actor.

“Este colectivo se completa con los escenógrafos, vestuaristas…y, en particular, estar ofreciendo este espectáculo de un líder indiscutible latinoamericano es un hecho trascendental en un ámbito, en una comunidad, en un colectivo como el cubano que tanto tiene para enseñar a toda Latinoamérica, por haber vivido en libertad, en esta libertad y todos los costos que ella ha constituido para Cuba. Es una satisfacción poder ofrecer y compartir este espectáculo en un lugar que tan nuestro sentimos no solo por la personalidad de los líderes que han llevado una Revolución adelante —vigentes en nuestros corazones—, sino porque también responden exclusivamente y cada vez más a la realidad continental en estos momentos de unidad y de sentir de nuestra comunidad latinoamericana. Este gesto, hecho, de asistir y participar en este Festival de Teatro en La Habana constituye un hecho muy especial para nosotros, los argentinos”.

Sobre algún otro proyecto para el futuro inmediato,  el actor argentino Jorge Booth respondió:  “Rodolfo Quebleen, además de escribir la pieza unipersonal sobre Salvador Allende mostrada en este Festival en Cuba, tiene otro proyecto de puesta en escena similar —sin estrenarse aún—, que relata los momentos previos al homicidio de Ernesto Che Guevara en la escuelita del pueblo de La Higuera, en Bolivia. Esperamos estrenarlo para el año 2017, con motivo del Aniversario 40 de su asesinato”.

Por su parte Virgilio Valero Montalbán, director general del grupo de teatro ensayo Gestus, de Guayaquil, Ecuador, presentó la obra Cucarachas del dramaturgo Cristian Cortés.

“En esta obra se realiza un símil del cuento La Metamorfosis, del escritor Franz Kafka, transpolando (de alguna forma) las pretensiones de lograr el sueño americano por parte de tres emigrantes ecuatorianos quienes residen en el sótano de un edificio en la ciudad Nueva York. La pieza plantea los conflictos humanos —en especial culturales—, que van surgiendo entre los tres personajes dentro de un espacio que, al igual que en un momento determinado los recibió, ahora decide rechazarlos. En lo esencial, la obra tiene un contenido político-social al mostrar las acciones que se realizan para el logro de tal ilusión.

“Quiero agregar que Cristian Cortés —quien conoce muy bien la realidad de Estados Unidos—, propone un díptico de este tema en otra obra de teatro que maneja con cierta comicidad, no obstante su basamento político-social. Cucarachas, en lo esencial, es una tragicomedia. Los personajes deambulan dentro de un espacio físico inhóspito, marginal, e impregnan un tono de cierta comicidad pero con sabor amargo en sus diálogos”.

Gestus, además de representar Cucarachas, llevó a las tablas del Festival —con rotundo éxito—, la pieza Las Pericas, del escritor y director cubano, Nicolás Dorr.