Cuando Aníbal Ramos, uno de los finalistas del San Remo Music Awards, canta ocurre un vaivén de sentimientos dentro de sí. “Me gusta adentrarme en la interpretación y buscar un momento, una vivencia y tratar de canalizar la música a través de ese recuerdo”.
No obstante, según Ramos, hay canciones que tienen sus propias vivencias y no es necesario que el intérprete se introduzca en sus recuerdos para cantarla. Ese es el caso del single que defenderá en el certamen: “Mi mejor canción”, compuesta por José Antonio Méndez en 1957. “Es una obra muy sencilla y, precisamente por su sencillez es que no me arrepiento de haberla seleccionado. Está llena de todos los sentimientos buenos que pueda tener una persona”.
El joven intérprete de Aguada de Pasajeros no esconde las expectativas que tiene con el San Remo pues cree que es una fabulosa plaza para hacer realidad ese sueño que ha tenido durante toda su vida: “Llevar mi música no solo al plano nacional, sino también al internacional”.
-¿Cómo valoras el nivel técnico del resto de los participantes?
“La calidad interpretativa de los participantes en el SRMA es fabulosa. Soy de los que digo que todos somos ganadores porque desde mi punto de vista tenemos voces excepcionales. Incluso, creo que mi voz no es tan meritoria como a la del resto porque son voces totalmente singulares, que van más allá de lo que normalmente solemos escuchar en nuestro país. Juveniles, cargadas de ánimo, de calidad y de energía”.
-La preparación para el certamen…
“Hemos tenido una excelente atención por parte de los músicos y los productores del evento. Mi productor Dayron Ortega ha tenido una deferencia y una preocupación incondicional. Sí, es muy buena la preparación”.
Para Aníbal Ramos, eventos del corte del SRMA son vitales para ponderar el trabajo de los jóvenes, principalmente los de fuera de la capital, que no son pocas las veces que carecen de difusión. “Estos certámenes sirven para promocionar y darle la oportunidad a todas aquellas personas que tienen condiciones excepcionales y que no pueden acceder a determinadas plataformas que facilitan el trabajo desde el punto de vista artístico”.
Asimismo, considera que el San Remo contempla transparencia desde la prioridad que se les da tanto al profesional como al aficionado.
Del evento, su mayor premio será la empatía total que ha primado entre los 16 finalistas. La amistad. Toda la experiencia y lo bello que encierra un evento de esta magnitud. “También el hecho de que todos valoren el trabajo que hacemos incluso cuando estamos en esa ambigüedad por saber quién es el que va a ganar”.
Si preguntas por qué la música, Aníbal Ramos no tiene una respuesta definida. “Lo único que puedo decir es que nací amando la música. Es como si me hubiese parido una guitarra. Amo la música y doy gracias a Dios que en mi familia también sientan eso. Soy director de coros, y en esa agrupación masculina que guio sobresale la adoración por lo que hacemos. He crecido con música, la hago y mis conocimientos los comparto. Creo que nací para eso: hacer música y compartirla”.
El finalista del certamen lleva años como director de coros y profesor de música y canto. “Mi carrera ha tenido buenas experiencias junto a mis agrupaciones corales. El San Remo es absolutamente nuevo para mí en todos los sentidos. Es la primera vez que salgo de ese espacio de confort y me planteo mi condición como intérprete solista. No sabría decir que a ciencia cierta en qué momento se encuentra mi carrera. Lo único que puedo asegurar es que estoy lleno de expectativas e incertidumbres”.
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