Un Charlot con una claqueta en una mano, una antorcha de cintas de celuloide en la otra y fumando un tabaco salta de una pared y recorre las calles neoyorquinas bailando al ritmo de música cubana en el spot identificativo del 22 Havana Film Festival New York. La imaginativa animación del artista colombiano Darío Bolívar del último diseñado por nuestro Muñoz Bachs, precede cada función del certamen auspiciado por The American Friends of the Ludwig Foundation of Cuba en la sala de Village East Cinema, situada en pleno corazón de la Babel de hierro.
La presencia del cine cubano descuella en las dos categorías concursantes: ficción y documental como parte de una atinada selección de títulos de la más reciente cosecha continental. El Festival rinde homenaje a tres figuras desaparecidas que dejaron su huella en la cinematografía de la isla: los realizadores Pastor Vega y Rigoberto López y el actor Alexis Díaz de Villegas a través de una excelente copia del clásico Retrato de Teresa, subtitulada en inglés por el equipo del certamen, la premiere en Estados Unidos de El Mayor y la reposición de Juan de los muertos, de Alejandro Brugués, con el protagonismo de Alexis. Complementa el tributo a Vega el estreno mundial del largometraje documental Adiós, Papi (Puerto Rico/Cuba), realizado por su hijo Aaron Vega Granados. Una obra que recorre el itinerario del cineasta con una excelente edición.
La jornada dominical en gran parte fue dedicada al cine cubano con la presentación del libro La historia en un sobre amarillo, por Iván Giroud, su autor, junto al crítico estadounidense Jerry Carlson. Le siguió la premiere mundial de Oscuros amores, dirigida por Gerardo Chijona, presente en la atiborrada sala junto a su productor, que devino un acontecimiento de público. Los aplausos acompañaron desde que aparecieron en pantalla los nombres de tres personalidades que perdimos y a quienes está dedicada la comedia negrísima: el fotógrafo Raúl Pérez Ureta (colaborador esencial del realizador en casi toda su obra), el realizador Juan Carlos Tabío, que realiza una intervención especial, y el gran actor Enrique Molina, amigo del certamen desde siempre.
Otra fila de espectadores aguardaba a la salida para asistir al estreno de "Cuentos de un día más", largometraje colectivo, coproducido por el ICAIC en alianza con varias productoras independientes, que suscitó una cálida recepción. Al día siguiente la programación la abrió Bongo Ita, largometraje documental de Mayckell Pedrero sobre el tema de los Abakuá, generador de varias interrogantes en la sesión posterior de preguntas y respuestas que caracteriza el festival.
Los cortos de ficción Gemini, realizados por Orlando Mora, estudiante de la EICTV de San Antonio de los Baños, provocó un interés similar al de su exhibición varios meses atrás en el Festival de Guadalajara. Para los próximos días está prevista en la programación la presencia del corto El retorno de Nicanor, dirigido por Eduardo del Llano y "La gente del documental", de Inti Herrera.
Tras un año de receso por la pandemia y una edición a la que no pudieron asistir los cineastas cubanos, esta convocatoria vigésimo segunda de la cita anual neoyorquina, conducida por la colombiana Diana Vargas con el perenne aliento de la promotora Carole Rosenberg, confirma su exitoso espacio en el contexto de una ciudad en la que convergen tantas propuestas culturales, que hasta incluyen un Festival de Cine Dominicano. Un panel sobre las tendencias en el cine latinoamericano contemporáneo se desarrollará el miércoles 9.
La ceremonia de clausura y entrega de los galardones Havana Star Price, el próximo jueves 10, incluye en calidad de premiere mundial otro largometraje documental cubano " La Habana de Fito", del director Juan Pin Vilar, retrato del famoso cantautor argentino y su presencia en nuestra capital.
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