Poco después de su arribo a la Zona Especial de Desarrollo de Mariel como especialista de Medio Ambiente en la Unidad de Negocios Proyecto Mariel (DINVAI. S.A), Isneyvi Sierra Millán puso en marcha un proyecto comunitario que inició siendo un empeño solo de tres —contando a su papá y al técnico que trabaja con ella, Yedry Ustariz Costa— pero que hasta la fecha ha sumado, en diferentes momentos, varias voluntades.

Todo comenzó con cuadros de tubos de luz fría, para evitar que su mercurio se liberara a la atmósfera causando daños, iniciativa expuesta en la novena Convención de Ambiente y Desarrollo, afirma la también miembro de la ANIR.

“Después hicimos mesas, sillas y macetas con neumáticos, flores de papel de desecho, juegos de muebles para niños con cajas de tóner vacías, cestos de basura con filtros de camión, mesas de juego y sillas de peluquería”.

Con tales objetos, explica, han beneficiado al círculo infantil de Mariel. Para potenciar la imaginación y la cultura de los infantes, muy especialmente la ambiental, se encuentran en proceso de preparación de un guiñol hecho a partir de materias primas.

Según Isneyvi, piensan expandirse para alcanzar con su pequeña pero significativa colaboración a niños de otras edades, e incluso a adultos. En este último sentido ya han dado sus primeros pasos.

Recientemente se han sumado al proyecto, de manera informal y espontánea, cuatro artistas, quienes colaboran en la realización de esculturas para donar al municipio con un fin decorativo.

La primera pieza, aunque aún no está terminada, ya puede ser apreciada por los transeúntes de la cabecera municipal. Se trata de una especie de peregrino, ubicado en un céntrico parque y de un tamaño superior al de una persona, que ha despertado la curiosidad de los locales.

“Representa todas las manifestaciones del arte y está hecho con alambrón. Lleva algunos objetos simbólicos como una guitarra (la música), un libro y una máscara en la bolsa (literatura y teatro, respectivamente). Sus pies, en forma de raíces, indican su arraigo al mundo de saberes que le nutren”.

A Espíritu de arte, nombre de la obra, se sumarán otras como Globalización y Quijote, para cuyo disfrute los marieleños deberán esperar un poco más.

A pesar de que debe sobrellevarlo junto a su trabajo cotidiano en DINVAI, Isneyvi Sierra disfruta de esta labor comunitaria. En su afán por crear objetos de valor utilitario para la sociedad, los cuales no dañen sino que, por el contrario, respeten y protejan el entorno natural, la joven creadora ha dejado a su paso una huella de arte ambiental.