Arte y promoción: El límite es la creatividad


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La promoción suele ser preocupación o interés permanente de los creadores y otras personas. Alrededor del fenómeno gravitan muchos factores. Algunos artistas prefieren quedarse a esperar que otros asuman esa labor, vital para que se conozca más su obra. La mayoría aspira permanentemente a estar en los medios tradicionales de comunicación, pero la verdad es que hoy existen múltiples oportunidades para llegar a públicos diversos.

 

Un ejemplo ineludible de eso es que ciertas propuestas suelen hasta evitarse en la televisión o la radio, pero son ampliamente consumidas circulan en memorias flash, chats, grupos de WhatsApp y telegram, alcanzan miles de reproducciones en canales de youtube… y hasta son tarareadas en la calle.

Teóricamente en Internet, millones de personas están a la distancia de un clic, un “me gusta”, una especie de comunidad global interconectada. Solamente en Facebook, la red social de más uso en el mundo, suelen conectarse más de 2 mil 500 millones de internautas; en youtube más de dos mil millones, en WhatsApp más de mil 600 millones, Instagram más de mil millones.

Cuba también ha dado pasos, y según estadísticas divulgadas en varios sitios oficiales, ya más de siete millones de personas aquí acceden a las plataformas digitales, aunque no debemos desconocer que muchas lo hacen con bajos niveles de conexión o a un precio alto que les exige ahorrar casi hasta el extremo.

Aquí todavía no logran fuerza fenómenos como el de los youtubers, más allá de algunos esfuerzos. Los perfiles de organizaciones e instituciones de la Cultura, con funciones también de promoción tampoco alcanzan grandes cantidades de usuarios. En Cuba ninguna página o perfil en redes llega, por ejemplo, al millón de seguidores. Son pocos todavía los creadores que tienen cuentas en Instagram y en youtube, ubicadas entre las redes preferidas a nivel global. Y algunos no las pueden actualizar con frecuencia por diferentes razones.

A eso sumamos que esos contenidos tienen débil alcance en otras regiones, y son consumidos casi totalmente por el público cubano, aunque resulta justo reconocer las buenas experiencias impulsadas en el sector de la cultura, especialmente durante los meses más recientes, con conciertos on-line y una presencia más atractiva en el mundo hipermedia.

Debemos continuar diseñando más y mejores campañas comunicacionales también para el exterior, realizar más alianzas con artistas y organizaciones de otras partes del mundo que nos permitan llegar más lejos. En lo adelante cada evento deberá tener una programación digital, con la aspiración de ir más allá de los límites de nuestra geografía nacional, atraer y enamorar.
Debemos compartir más contenidos en otros idiomas, además del Español, analizar estadísticas y readaptar el trabajo en función de lo que queremos, tener en cuenta los horarios más pertinentes para publicar según la hora a la que acceden nuestros públicos… Según nuestros objetivos se pueden tener en cuenta otros elementos como sus edades, sexo, ciudad donde residen…, información que brindan con facilidad las administraciones de páginas en las redes.

Otra de las desventajas que se suele enfrentar es que el posicionamiento de nuestros sitios webs y perfiles es solamente natural, o sea fruto del trabajo, mientras que otros pagan por lugares privilegiados en buscadores o llegar a más internautas con facilidad direccionando incluso hacia otros países o grupos de edades.

En la situación de Cuba influyen muchos aspectos, incluida la infraestructura y organización existente para la promoción, y la preparación humana para desarrollarla. Es fundamental comprender mejor las dinámicas de las plataformas digitales, conocer su funcionamiento y las maneras de llegar a sectores de internautas más diversos. No se trata de inundar los sitios de contenidos, sino de brindarlos de una manera creativa y sugerente.

Fenómenos como la comercialización digital del arte deben ser aprovechados en mayor medida. No basta con tener, por ejemplo, una plataforma para la música, sino de hacerla atractiva y crear múltiples canales que lleven a ella. Los propios creadores también deben ser más protagonistas en todo esto. Deberían existir muchas más multimedias, exposiciones virtuales y posibilidades de visitas virtuales a nuestros principales centros de arte, muesos y otros lugares.

Es pertinente un mayor ejercicio de la crítica artística y cultural en general en espacios que verdaderamente tengan gran impacto mediático y contribuyan a la jerarquización de las mejores opciones. Lo ideal sería que quienes tienen entre sus funciones la promoción desde las instituciones y los medios también sean coherentes con eso.

Lo realizado en esta etapa de coronavirus demuestra que teníamos muchas potencialidades sin aprovechar, y a pesar de la complejidad de las circunstancias se han redimensionado varias de las propuestas artísticas en el país.

Escribimos esto siendo críticos sobre todo con nosotros mismos. Es fácil escribir, saber lo que se debe mejorar, pero lo verdaderamente complicado es conseguir lo que se quiere.

Necesitamos superación de las personas encargadas de la promoción y también de los propios autores que deben ser cada vez más protagonistas en función de que se conozca lo que hacen. Son fundamentales las alianzas entre las instituciones, entre ellas y los artistas, y con algunas de las personas o grupos creativos que mejores experiencias tienen.

Debemos estar conscientes de que más allá de lo hipermedia y los medios tradicionales, los espacios físicos siempre serán un escenario importante de promoción. Lo más importante seguirá siendo la obra como tal, pero cada vez resulta más vital presentarla de la mejor manera posible y según las características de cada plataforma.

Es importante resaltar también los pasos que se han dado en el país y especialmente en el sector de la Cultura, a favor de la promoción y la comunicación en general, con transmisiones en vivo, conciertos on-line y otras iniciativas, que han mantenido el arte muy vivo en esta etapa de pandemia.

En todo esto tampoco hay reglas fijas. Lo aparentemente incorrecto puede ser lo que mejor funcione para algunos. En esto como en el arte y la vida es muy favorable tener siempre un estilo propio. El límite es la creatividad.


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