El Museo Nacional de Artes Decorativas, sitio de referencia obligatoria en Cuba conmemora por estos días su 58 aniversario como un espacio de excelencia para recordar la historia y apreciar la cultura universal.
Fundada el 24 de julio de 1964, la institución atesora objetos que marcaron la vida de la burguesía cubana, la cual coleccionó importantes obras del arte universal, así como piezas del patrimonio de la Isla, preservadas gracias a la política social de la Revolución al decir de su director Yosvanis Fornaris.
Según recordó Fornaris, en un inicio sólo se expusieron las colecciones originales existentes en la casa convertida en museo, y posteriormente se sumaron otras mediante donaciones, compras y depósitos.
A lo largo de los años, el inmueble ha acogido exposiciones transitorias y permanentes, programas de docencia y proyectos de gestión comunicacional, en tanto promueve el vínculo con creadores, ofrece recorridos guiados y potencia la interrelación con la comunidad.
“Este aniversario constituye un homenaje especial a quienes han dedicado y aun dedican su vida a una institución imprescindible en la cultura y el patrimonio de la nación, en la formación de futuros profesionales y en su noble labor para con la comunidad en la que se encuentra enclavado”, expresó Fornaris.
Para conmemorar la significativa efeméride, el museo convida a admirar las piezas de cerámica de la exposición Talavera de la Reina y de Cuba, que presenta una selección de útiles y decorados, los cuales evocan los años dorados de una expresión popularizada en los siglos XV y XVI con la adaptación de los alfares a las técnicas innovadoras del renacimiento y barroco español.
Curada por Esther Cabrera San Miguel, la exhibición explora el desarrollo de esta expresión artístico-utilitaria, en tanto demuestra su ascenso y declive, signado por la crisis y las guerras napoleónicas, fundamentalmente con la Batalla de Talavera en 1809.
Desde 2019 integra la lista representativa de Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad de la Unesco, distinción alude a la fabricación artesanal de cerámica de estilo talaverano en Puebla y Tlaxcala (México) y en Talavera de la Reina y El puente del Arzobispo (España), aludiendo a comunidades de artesanos en ambos países. Efectivamente durante el siglo en el siglo XVIII solo se registraron ocho fábricas abiertas, las cuales fueron desapareciendo como consecuencia de los conflictos bélicos, a excepción de La Menora que cerró en 1905, apunta el documento.
Desde 2019 integra la lista representativa de Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad de la Unesco, distinción alude a la fabricación artesanal de cerámica de estilo talaverano en Puebla y Tlaxcala (México) y en Talavera de la Reina y El puente del Arzobispo (España), aludiendo a comunidades de artesanos en ambos países.
La cerámica tuvo entre sus principales cultores a Juan Niveiro Page quien en 1849 fundó el alfar de El Carmen dedicado a la fabricación de loza popular y utensilios con el estilo Valencia, así como a Juan Ruiz de Luna, impulsor del resurgir de la cerámica de Talavera de la Reina en el siglo XX.
Asimismo, la exposición aproxima a los espectadores a los rasgos distintivos de estas piezas, que articulan elementos de la tradición musulmana mudéjar con “características del Asia y de la loza de Delft”, Países Bajos.
Catalogada por tipos, según las épocas y motivos, destacan entre los artículos más antiguos, los decorados en azul y blanco, así como las series de las mariposas, las espirales, la palma, tricolor, de Jarros de Santiago, los helechos, las golondrinas y la de Ferroneries.
Fotos: Redes sociales del Museo
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