El espacio Lectura de poemas convocado por el Centro Cultural Dulce María Loynaz, contó este noviembre con la presencia de la reconocida poeta, ensayista, crítica, traductora, antóloga y profesora puertorriqueña Áurea María Sotomayor (San Juan, Puerto Rico, 1951), quien por vez primera visita nuestro país.
Al hacer la presentación de la escritora, Jesús David Curbelo, director de dicho Centro, destacó en ella su presencia en la Isla con motivo del reciente XXIV Congreso Anual de la Asociación Internacional de Literatura y Cultura Femenina Hispánica, y el exhibir una obra poética ampliamente antologada en Puerto Rico y América Latina, además de la obtención por ella de diversas distinciones —premios nacionales del Instituto de Cultura Puertorriqueña, del Pen Club de Puerto Rico y del Instituto de Literatura—; es autora de los títulos de poesía Aquelarre (1973), Velando mi sueño de madera (1980), Sitios de la memoria (1983), La gula de la tinta (1994), Rizoma (1998), Diseño del ala (2004) y Cuerpo nuestro (2013).
Marcada por cierta nostalgia, por un profundo dialogar con el entorno y estremecimiento de la inteligencia humana por la vía de la emoción, por reflexiones íntimas hacia gustos o temas específicos de películas “que me han gustado” —como es el caso del poema Never Hiroshima, incluido en su libro Rizoma—, me atrevería distinguir en la poesía de esta Autora. Acerca de Rizoma especificó que: “De ese libro donde cuento historias me atraen los espacios en blanco, los poemas sin historia en que no pasa nada. Depende además de un ciclo de imágenes que se repiten. La armonía del libro, su equilibrio o su balance, proviene del diálogo entre esas historias y los espacios en blanco, es decir, cómo se va llenando y vaciando de tiempo. La hibridez de sus textos, en prosa y en verso, apuntan a una historia con una pregunta que permea el libro: ¿Qué quieres de mí? Esa pregunta repetida en diferentes momentos y espacios, lo convierte en un hipertexto. De otro lado, la película como cita no es más que una herramienta para decir lo mío, como instrumento prescindible. La pregunta que se repite y la imagen del rizoma sostienen formalmente al libro. Sin embargo, el peso del texto recae en la reflexión sobre el impacto de la pasión en el arte y el combinar la poesía con lo visual y lo musical”.
Entre sus poemas más recientes, Áurea María significó Propiedad privada desde mi mesa de trabajo aledaña a su casa, referido a algo que ha calificado como “poemas de la cotidianeidad”, a la vez que está realizando “una serie de experimentos con el soneto” motivados por sus lecturas acerca de la presencia de Sor Juana Inés de la Cruz en nuestra Literatura (…) Algunas de ellas con un tono picaresco”. Dijo asimismo que de su autoría “he confeccionado algunos poemas en prosa en términos de ficción”, al igual que ha trabajado en ensayos y artículos como crítica literaria.
Confesó la Autora caribeña que ha trabajado “en temas relativos a la violencia y a las dictaduras presentes al sur de nuestro continente y, en específico, durante el período de transición de las llamadas Comisiones de la Verdad”.
Finalmente, abogó por “un diálogo y acercamiento entre poetas puertorriqueños y cubanos; un diálogo entre las dos orillas especialmente entre sus voces femeninas, como proyecto de poesía femenina que nunca ha existido”, y que Cuba sí ha podido realizar con otros países de la región, entre los que se incluye República Dominicana.
Áurea María Sotomayor fue Catedrática de la Universidad de Puerto Rico (1987-2010) y, desde enero de 2011, labora en el Departamento de Estudios Hispánicos y Literatura de la Universidad de Pittsburg, Estados Unidos. En diciembre de 2011 publica en La Habana la antología Red de voces: poesía contemporánea puertorriqueña (ediciones La Honda, Casa de Las Américas). Es una de las poetas más destacadas en lo que se ha llamado La Generación del 70, en Puerto Rico.
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