Camagüey.- Arribar a medio siglo de vida fue para el Ballet de Camagüey (BC) una oportunidad de festejo y reafirmación como uno de los conjuntos artísticos de excelencia en Cuba.
Para la celebración, la compañía dirigida hace 20 años por la maître Regina Balaguer invitó a una de las joyas del ballet cubano, Aurora Bosch, a iluminar con su sabiduría y elegancia clases, ensayos y otras actividades.
Los bailarines de esta compañía tienen mucho arrojo y ganas de hacer y de bailar, destacó la maître que durante dos semanas los inspiró con su sabiduría e impresionante capacidad física a los casi 75 años de edad.
El arrojo es una cualidad difícil de medir cuando se selecciona a niños y niñas para estudiar ballet porque se revela poco a poco durante el desarrollo de la personalidad del ser humano; y me da tremendo gusto encontrar esa cualidad tan importante aquí, profundizó la Bosch.
Del Ballet Nacional de Cuba (BNC) llegaron a esta provincia central del país la primera figura Sadaise Arencibia y el primer solista Raúl Abreu con el propósito de interpretar escenas de dos obras imperecederas del repertorio mundial: El lago de los cisnes y Giselle.
Mientras la compañía Danza Combinatoria, que dirige la coreógrafa Rosario Cárdenas —Premio Nacional de Danza 2013— se desplazó hasta Camagüey para presentar su más reciente estreno, Afrodita,!oh espejo!, inspirada en el paralelismo entre deidades de Cuba y Chipre.
Las funciones por el aniversario 50 de la creación del BC mostraron del 2 al 8 de diciembre, en el Teatro Principal, la valía del conjunto en clásicos como Las sílfides, La fille mal gardée, El Talismán, y una versión propia de Las llamas de París, coreografía de Lila Martínez. De la línea más contemporánea, se expusieron Fatum, de José Antonio Chávez; y algunas piezas del Premio Nacional de Danza 2004, Alberto Méndez, como Suite generis, Fantasía y En tus ojos.
Los protagonistas principales de las piezas fueron los bailarines Rosa María Armengol, Yanny García, Sara de Miranda, Elizabeth Pagés, Zaida Henríquez, Oleydi Labrada, Jonathan Pérez, Thalía Diegues y Raúl Calzadilla, entre varios jóvenes del elenco actual.
Una de las virtudes de la compañía sigue siendo su apertura a múltiples estilos coreográficos y el estímulo a la creación, así como la interacción constante con la historia porque, al decir de Balaguer, quien la olvida o desconoce es propenso a perder lo que tiene y existen deudas eternas.
En el BC, el día 28 de noviembre, no comenzó con la tradicional clase de ballet sino con la siembra de tres árboles, frente a tres pequeños tinajones, símbolo cultural de esa ciudad que en época de la colonización española los empleó para sobrellevar la sequía.
Uno de los árboles rinde tributo a la cultura cubana, base sobre la cual se erigió una escuela de ballet con carácter propio según reconocieron mundialmente críticos y especialistas en arte desde la década de 1960.
Otra planta se consagró precisamente al padre de la escuela cubana de ballet, Fernando Alonso, quien luego de dirigir el BNC de 1948 a 1975, ocupó el mismo cargo en el BC, de 1975 a 1992, y allí consiguió la sede actual, moldeó una compañía más clásica y elevó su rango dentro y fuera del país.
La base de ambas entidades, BNC y BC, radica en la Academia de Ballet Alicia Alonso, donde inició sus estudios una generación clave en el desarrollo de la primera compañía que incluyó a las llamadas “cuatro joyas” y a Vicentina de la Torre, gestora del BC y de una academia en esta provincia.
Por esa razón, la escuela de arte en la ciudad homónima localizada a unos 500 kilómetros de La Habana lleva este nombre y los actuales integrantes del conjunto recién realizaron una peregrinación hasta la tumba de la pedagoga en el cementerio, para rendirle homenaje.
A De la Torre dedicaron el tercer tinajón en la sede del BC, preciosa edificación colonial a cuya entrada también se le colocó una tarja de veneración al exdirector Alonso, con una expresión merecida: “Diga, maestro”.
Pinceladas históricas
Además de versiones propias de varios clásicos, el repertorio del BC ostenta piezas como Saerpil, Delirium, Goyescas, Días que fueron noches, A lo cubano, Murmullo, Color Jazz 25, Danza heroica, Cantata, Elogio a la Rumba, Simbiosis, Cuando el tiempo se hace alas y Momentum, entre otras de gran versatilidad.
Significativos maestros han contribuido al desarrollo de la compañía desde Vicentina de la Torre, quien la fundó el 1 de diciembre de 1967 y dirigió durante dos años. Luego el maître Joaquín Banegas la sucedió en el cargo hasta 1973, Fernando Alonso lo asumió a partir de 1975 y 17 años después lo dejó en manos de Jorge Rodríguez Vede, a quien sucedió en 1996 la maître Regina Balaguer hasta la actualidad.
Maestros imprescindibles en la institución han sido además Manelín Rodríguez, Azari Plisetski, Iván Tenorio, Gustavo Herrera, Jorge Lefebre y Alberto Méndez, algunos de ellos coreógrafos.
Numerosas personalidades de la danza cubana impartieron clases o ensayos, e incluso bailaron con el BC, por ejemplo: Loipa Araujo, Mirta Plá, Josefina Méndez, Aurora Bosch, Lázaro Carreño, Laura Alonso, Ramiro Guerra, Menia Martínez, Amparo Brito, Ofelia González, Rosario Suárez y Jorge Esquivel.
Los bailarines actuales tienen el peso de una herencia dorada y el deber de desarrollar la tradición con respeto y cariño, para enriquecerla y honrarla.
(Tomado de Prensa Latina)
Publicado: 9 de diciembre de 2017.
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