El Ballet Español de Cuba (BEC), dirigido por el maestro Eduardo Veitía, en su tercera visita a la República Popular de China —la primera fue en el 2019 con El Fantasma, y la segunda el pasado año con Yo soy Cuba—, comenzó el extenso periplo por 17 ciudades de 11 provincias, hasta mediados de diciembre, con la obra Carmen. Cuba, por Changchun, capital de Jilin, ubicada en el noreste del gigante asiático, el 31 de octubre, en el inmenso Teatro del Centro Internacional de Convenciones de esta región industrial.
La nueva producción de Eduardo Veitía —que recorre la geografía china en saludo al aniversario 65 del inicio de las relaciones entre ambos países—, está inspirada en la conocida obra de Prosper Mérimée, con música de George Bizet, y, con su magia hipnotizó al auditorio en su debut aquí. Cada coreógrafo ha vestido a su manera, en el tiempo, a esta mujer devenida símbolo de pasión y libertad, y Carmen. Cuba lleva en sí, un hálito de esta tierra de sol, ritmo, musicalidad y energía, que atrapa. Es algo vital que emerge de lo profundo de la obra y colorea el ambiente. Eduardo Veitía la mueve, como hechizada, al compás de esta zona encantada, con una atmosfera/ritmo peculiar que atrapa a todo el elenco, y también al espectador con esos nuevos aires… Hay flamenco, pero también melodías, ritmos que llegan del Caribe, ese mágico lugar donde convergen muchas culturas, mezcla que la enriquece y personaliza.

La nueva producción de Eduardo Veitía recorre la geografía china en saludo al aniversario 65 del inicio de las relaciones entre ambos países.
Pero, más allá del baile, donde se suman gestos y temas cubanos que la hacen diferente, la obra brilla también con los diseños de vestuario del artista Oscar de la Portilla, que le regalan un encanto especial, conjugando la luz y el ambiente caribeños, así como el de escenografía (video mapping de Tamine González), que con sus imágenes, algunas de ellas de emblemáticos rincones de La Habana, el mar y hasta un paisaje de palmeras, aderezan la llamativa pieza con ambientes de nuestra isla. Todo ello subraya el apellido de Carmen: Cuba.

Hay flamenco, pero también melodías, ritmos que llegan del Caribe, ese mágico lugar donde convergen muchas culturas, mezcla que la enriquece y personaliza.
No hay dudas, de que estos elementos acompañados por una música singular dibujan pasiones y aportan un calor especial. La banda sonora incorpora versiones sobre la original de Bizet, y hasta notas cubanas como una magistral versión flamenca de la cantaora Chelo Pantoja del bolero “Dos gardenias”, de Isolina Carrillo, y una percusión que traspasa fronteras culturales, pues los toques del cajón marcan ritmos, que luego en el baile se transforman en la manera de bailar los cubanos. Una marca singular que acerca la fuerza del Caribe con su rico arcoiris cultural llegado de muchos lugares del mundo. Y que en el epílogo de la obra se desborda, y logra calar hondo en el público chino. Todo ello es recibido con largas ovaciones. Pues, no son cubanos que tratan de bailar a lo español con un acento pintoresco, sino bailarines que descubren la raíz hispana y universal que hay en todos los cubanos, y lo entregan con un ánimo y fuerza que envuelve a los espectadores como una inmensa ola de cubanía…
Carmen. Cuba deja estelas de ovaciones
Esta zona del noreste, de bellos paisajes montañosos y grandes ciudades que hablan del desarrollo alcanzado, aunque recuerdan que estamos en la tradicional China, toman un carácter, por momentos, cercano a Rusia, en lo arquitectónico, donde no faltan las iglesias ortodoxas, distinguidas por su verticalidad, colores brillantes y diversas cúpulas. Es que la escenografía natural de este país es variada en cada región, con atractivos particulares, desde el punto de vista arquitectónico, hasta la fisionomía de las personas debido a la pluralidad étnica, pero algo sí es perenne: su belleza en cada latitud y la amabilidad de sus habitantes.
Algo que la tropa de Veitía ha sentido a cada instante en su estancia aquí, más allá de las calurosas acogidas en el escenario, en cada lugar que llegan, todos se acercan para conocerlos y tomarse una foto para el recuerdo. Y hasta la primera nevada en Mudanjiang, la capital de la provincia de Heliongjiang, la más septentrional de China, saludó la presentación de Carmen. Cuba en el Gran Teatro de esta ciudad. A pesar de las bajas temperaturas el público llenó nuevamente el coliseo, y ovacionó la presentación, que sin dudas atrapa al espectador por su belleza estética, la fuerza del baile, y esa originalidad de entregar la esencia de cubanía en la piel de Carmen. El público chino lo ha corroborado con sus aplausos.

Son bailarines que descubren la raíz hispana y universal que hay en todos los cubanos, y lo entregan con un ánimo y fuerza que envuelve a los espectadores como una inmensa ola de cubanía…
El BEC puso proa al sur de la República Popular China, y actuó en Fuzhou, el 4 de noviembre, y el 7, en la ciudad de Fuding, ambas de la provincia de Fujian. El clima, mucho más cálido, todavía en esta época, resultó agradable para la tropa de Veitía, que disfrutó la nieve a su llegada, en el norte del inmenso país. Casi como en casa, las funciones en los hermosos e inmensos teatros de este país, continúan dejando una estela de alegría y amistad. Es la tercera visita, desde 2019 acá de la compañía cubana, que ha dejado inolvidables huellas con sus actuaciones en más de 30 ciudades de 20 provincias, en obras como El Fantasma y Yo soy Cuba, y el público chino ya los conoce, y persigue. Después de cada actuación son muchos los que vienen a saludar, a tomarse fotos y enseñar con orgullo las imágenes tomadas en visitas anteriores. El enorme Gran Teatro de Fuzhou (Fujian), resultó pequeño para acoger el público que la inundó en todos sus rincones, en una noche para el recuerdo. Y es que Carmen. Cuba tiene todos los elementos para atrapar al espectador con su magia. Una Carmen netamente cubana, que en cada puerto que llega deja huellas, ganas de seguir disfrutando de lo cubano.
Los roles principales han sido interpretados por el primer bailarín Daniel Martínez (Don José), Kelly Álvarez (Carmen), Nayara Calderón (Doña Frasquita y el Toro), Pedro A. Duarte (Escamillo), y el cuerpo de baile.






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