Ballet Nacional de Cuba: 75 años (IV)

El año 1949 marcaría el inicio de la carrera internacional del Ballet Alicia Alonso. Pero antes de partir a diversos países de Latinoamérica, el Ministerio de Educación compró tres funciones: una en el teatro Auditorium para el cuerpo diplomático y dos gratuitas para los escolares y para el pueblo. Estas dos últimas, junto a otra financiada por la cerveza Polar, tuvieron lugar en el Stadium de la Universidad de La Habana.

Dos hechos positivos arrojaron las presentaciones populares: uno fue el contacto directo con todas las capas sociales, niños inclusive; y otro el inicio de la colaboración entre la Federación Estudiantil Universitaria y nuestro principal conjunto danzario, que también se ha mantenido por setenta y cinco años. 

Aunque en 1948 la compañía se había presentado en ciudades de Venezuela y Puerto Rico, en esta gira se visitaron ciudades importantes de México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Uruguay.

A pesar del éxito alcanzado y el innegable aporte cultural que se hizo a nuestra región geográfica, la gira estuvo plagada de vicisitudes económicas, presiones políticas y económicas. La gira se prolongó hasta octubre y en ella se incorporaron al repertorio del Ballet Alicia Alonso El espectro de la rosa, La muerte del cisne de Fokin, y Sombras, de Alberto Alonso. En esta ocasión fue la primera vez que Alicia interpretó el inmortal solo de Fokin que diera vida Anna Pávlova.

En esta gira se incorporaron a la compañía bailarines latinoamericanos como los argentinos Juliette, Marta Mahr, Carlota Pereyra; los mexicanos Nicolás Magallanes y Lupe Serrano, el uruguayo Víctor Álvarez y el venezolano Vicente Nebreda, muchos de ellos figuras relevantes de la danza en el continente, formados en nuestra compañía.