Ballet Nacional de Cuba: 75 años (V)

Para 1950 el Ballet Alicia Alonso se presentó en el entonces Teatro Nacional –hoy Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso- e incluyó en su repertorio los pas de deux de Don Quijote y Cascanueces, los estrenos de Ensayo sinfónico de Alicia Alonso y Fiesta, con el debut de Enrique Martínez como coreógrafo de la partitura de Morton Gould. También repetirían actuaciones en Ciudad de México y se integrarían también otras figuras nacionales como Menia Martínez, más tarde importante estrella del ballet internacional en teatros y compañías de Rusia y en el Ballet del Siglo XX de Maurice Béjart.

Sin embargo, uno de los más importantes hechos fue la creación de la Academia Alicia Alonso, en la cual comenzaría a desarrollarse la metodología que serviría de identificación técnica a la futura escuela cubana de ballet. A ella acudirían, siendo niños, muchas de las futuras estrella del ballet cubano, cumpliendo las expectativas de los Alonso de que la futura compañía nacional se nutriera de bailarines cubanos, formados íntegramente con nuestras características étnicas e idiosincráticas. Habrá que marcar el 1950 como el año-semilla del sistema del ballet cubano.

Para 1951 el Ballet Alicia Alonso abriría el año en el teatro Auditorium con los estrenos mundiales de Fiesta negra de Enrique Martínez con música de Amadeo Roldán y Lydia de Alicia Alonso y música de Nugué, obra en la que la Alonso protagonizaba una joven perturbada mental, lo que constituyó un desafío a sus dotes de coreógrafa y bailarina.

Ese año, gracias a la Federación Estudiantil Universitaria y a diferentes instituciones y amigos del arte, el Ministerio de Educación dispensó un breve presupuesto para becas a niños de las escuelas públicas con condiciones para el ballet y sin recursos financieros para tan costoso camino. De esta forma y en este año que ingresaron a la Academia de Alicia Alonso las después primeras figuras Mirta Plá, Aurora Bosch y las hermanas Margarita y Ramona de Sáa.

Ya en la Academia había dado cursos de perfeccionamiento George Gontcharov, de la escuela del Sadler’s Wells de Londres. Ahí también Iván Kireff, ex bailarín del Mariinski de San Petersburgo y León Fokin, sobrino del gran Mijail Fokin, darían sus primeros aportes a la formaciٕón de los futuros bailarines. Ni Alicia ni Fernando Alonso quisieron privar a sus alumnos del contacto con las mejores escuelas del mundo, como la rusa y la inglesa, aunque se encontraron en plena formación de nuestra propia escuela de ballet.

También el Ballet Alicia Alonso realizaría giras por Miami en Estados Unidos y varias ciudades de Puerto Rico y Venezuela. De ellas vendrían a nuestra compañía el portorriqueño José Parés y la argentina Marta Mahr, quienes también serían profesores de la academia.

El estreno en Cuba del Capricho Español de Leonide Massine en montaje de Armando Navarro, en el Anfiteatro de La Habana y de Paganini de Fokin montado por Carlota Pereyra en la Plaza de la Catedral demuestran el continuado afán por poner al gran público con lo mejor de la coreografía del siglo XX