Una gran cantidad de estrenos coreográficos deparaba 1973 para el repertorio del BNC: basta decir que este año hicieron su aparición Canto vital de Azari Plisetsky; Rítmicas, de Iván Tenorio; el pas de deux El río y el bosque, el solo La bella cubana y el Grand pas de quatre Tarde en la siesta, todos de Alberto Méndez. Gran parte de esta producción sería presentada en el II Concurso Internacional de Ballet de Moscú como repertorio contemporáneo: Aquí Amparo Brito obtendría la medalla de oro, Andrés Williams el bronce y Lázaro Carreño el premio a la Maestría artística.
Josefina Méndez volvería a la Ópera de París para acompañar a la Alonso en el montaje del Grand pas de quatre, en el cual, junto a las estrellas Noella Pontois, Christiane Vlassi y Nanon Tibon, la Méndez encarnaría a Mme. Taglioni. Ella también volvería a interpretar Giselle, esta vez con el etoile Jean Pierre Franchetti.
Este año, el Ballet Nacional de Cuba no tendría, como compañía, participación Internacional, pero debido a que la primera bailarina Loipa Araújo se encontraba radicando en Europa con su esposo de entonces, Azari Plisetsky, sería contratada por el famoso coreógrafo Roland Petit, quien se iniciaba como director de Los Ballets de Marsella. Con esta compañía, la Araújo se convertiría en estrella internacional y la principal intérprete de la obra de Petit durante los cinco años que trabajó con esa compañía… pero siempre manteniendo su contacto con su compañía cubana, a donde regresaba cargada de obras de Petit y otros coreógrafos que también integrarían el repertorio del Ballet Nacional de Cuba.
Deje un comentario