Fue el 21 de marzo de 1806, hace 216 años, que nació el gran Benito Juárez. Ahora que la Feria Internacional del Libro de la Habana, señala como invitado de honor al hermano país de México, el nombre del llamado Benemérito de las Américas, merece el más especial de todos los recuerdos.
Los visitantes al evento cultural que desarrollaremos en abril próximo permitirá a los mismos, llegar a la Casa dedicada a la memoria de Juárez, ubicada en el Centro histórico de nuestra antigua ciudad, conocida como la Casa de México, con su amplio patio central y la Estatua del gran mexicano, como invitando a visitarla.
Es importante conocer los orígenes de esta Casa Museo. Doña Isabel Pedroso y Herrera fue su primera propietaria procedente de una de las familias más antiguas de la Habana. A partir de 1864, fue Don Luis Pedroso y Echevarría, un conocido hacendado, su propietario, y después de su fallecimiento, su esposa Josefa Pedroso y Herrera. Según cuentan la Casa constaba de un piso superior para vivienda y la planta baja para bodega y barbería. En el Siglo XX pasó a Casa de vecindad y posteriormente en los años 80 aproximadamente, fue iniciada su restauración. Cómo se ha informado, el 1ro de Noviembre de 1988 queda inaugurada esta vivienda como Casa Benito Juárez, lugar donde también radica la sede de la Sociedad Cubano-Mexicana de Relaciones Culturales,
Cuando visité Oaxaca en México, sentí un aliento estremecedor que me invadió toda. En un pueblo de ese Estado, en San Pablo Guelatao, había nacido el gran Benito Juárez, Hasta los 12 años fue analfabeto, y además no hablaba la lengua española. Sus padres indios murieron y el pobre niño quedó huérfano, Sus abuelos y un tío lo acogieron y ya jovenzuelo desarrolló labores agrícolas y según dicen, pastoreó ovejas. Es impresionante constatar la extraordinaria fuerza de voluntad de aquel joven que en 1831, con solo 25 años, era un señor abogado. Al iniciar su carrera política, llegó a la Presidencia de la República. Fue Regidor del Ayuntamiento de Oaxaca en un principio, y simbolizó, como han dicho muchos especialistas, la dignidad de México y la de todo un Continente.
Los cubanos lo admiramos especialmente. José Martí nuestro Héroe Nacional, escribió: “Juárez, el indio descalzo que aprendió latín de un compasivo cura, echó el cadáver de Maximiliano sobre la última conspiración clerical contra la libertad en el nuevo continente.” Y además resaltó: “Él, el tabaquero de New Orleans, el amigo pobre del fiel cubano Santacilia, el padre desvalido de la familia que atendía en Oaxaca la pobre tendera, él, con los treinta inmaculados, sin más que comer maíz durante tres años por los ranchos del Norte, venció, en la hora inevitable del descrédito, al imperio que le trajeron los nobles del país.”
Todos los que de una forma u otra vamos a honrar a la hermana república mexicana en la fiesta de los libros en la Habana, no podemos dejar de repetir una y mil veces, aquellas inmortales frases de Juárez en cuanto a la solidaridad entre los pueblos cuando dijo: “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, o cuando expresó “La instrucción es la base de la prosperidad de un pueblo, a la vez que es el medio más seguro de hacer imposibles los abusos del poder. Nunca olvidaré que soy hijo del pueblo, por el contrario, cuidaré que mis coterráneos se ilustren, se engrandezcan con la cultura y crean en el porvenir; que salgan del camino del desorden, de los vicios y de la miseria”
Murió Juárez el 16 de julio de 1872. Fue en 1894 cuando Martí, identificó como el Día de Juárez en el periódico Patria y aquella frase lapidaria: del indio: “Un principio justo, desde el fondo de una cueva puede más que un ejército.”
Están llegando a nuestra Isla los primeros libros mexicanos para su presentación en la Feria y entonces viene a nuestra mente aquellas palabras de nuestro Héroe Nacional en su trabajo “Un Viaje a México” escrito en La Nación de Buenos Aires, justamente en 1889, cuando expresara:“ Hay libros en que parece que va acuñado el corazón y hecho páginas y letras donde se ve agonizar la esperanza y sangrar la vida”… hay libros que es un dolor el verlos… hay libros de gala, escritos con el corazón, que excusan con su sinceridad las ligerezas del juicio, libro como acuarelas con un color que tiene algo de rosa y de miel y una gracia como de pluma de ave blanca, libros de perla, leche y oro”.
Más adelante, esta fiesta de los libros se extenderá al resto del país, donde las Ediciones territoriales de nuestra Isla harán gala de todas sus posibilidades.
¡Bienvenidos a este acontecimiento cultural que no solo ofrecemos a nuestro pueblo, sino a México y a otros amigos del mundo!
¡Toda la nación cubana vibrará con la luz del libro, que es la luz de la verdad y de la vida!
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